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Las farmacéuticas necesitan confianza

lunes 14 de abril de 2008, 09:21h

Con la industria farmacéutica digiriendo como puede la composición del nuevo Gobierno con la creación del Ministerio de Ciencia e Innovación y la nueva reestructuración de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, que preside Juan José GüemesHumberto Arnés, director general de Farmaindustria, explicó magistralmente la situación de este sector que, a través de doscientas cincuenta empresas, da empleo a cuarenta mil españoles, la mitad de ellos titulados superiores. El foro elegido fue PriceWaterhouseCoopers. En este acto, al que acudió bastante gente pero sólo un representante de la Junta Directiva de la patronal farmacéutica, Juan López-Belmonte, presidente de Laboratorios Rovi, Humberto Arnés explicó que las farmacéuticas aportan uno de cada cinco euros que invierte el sector industrial en España, de ahí que sea una fuente tenedora importante de riqueza económica.

Parece que ya han pasado los malos tratos, verbales y vía decreto, que recibió reiteradamente la industria farmacéutica por parte de Elena Salgado cuando era ministra de Sanidad y Consumo. Pero el futuro de la industria farmacéutica en nuestro país -como explicó Arnés ante un auditorio de técnicos y políticos, entre los que se encontraban los ex ministros Ana Pastor y Julián García Vargas- pasa por un cambio de percepción de la inversión en medicamentos por parte de las Administraciones Públicas. Además habría que conformar un marco regulador moderno, predecible como apostilló el director general de Farmaindustria, comprometido con la I+D, que genere confianza en las empresas farmacéuticas.
Arnés tiene esperanzas en que el nuevo Gobierno aborde el Plan Integral Farmacéutico que demandan para que este sector pueda ser competitivo con Europa, reconociendo sensibilidad positiva por parte del ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria, y el compromiso de cambiar la ley de Patentes.

Para el profano en esta materia, hay unos datos nada farragosos que conviene recordar. Por ejemplo que, además de tomar la decisión de apostar por la investigación de una molécula determinada que, una vez sintetizada, se convertirá en medicamento, hay que invertir en ella unos 800 millones de euros durante unos ocho años aproximadamente, con el riesgo añadido de que se pueda 'caer' en ese largo proceso. Lógicamente, esta inversión tiene que ser recuperada y para eso está la patente que, dicho muy rápidamente, el Gobierno español no ha respetado en numerosas ocasiones. Ante esa indefensión, determinadas empresas farmacéuticas acudieron a los tribunales que, en todas las demandas presentadas sin excepción alguna, les han dado la razón.

El panorama, por tanto, no es prometedor pero, como dijo Humberto Arnés, el futuro de la industria farmacéutica, en España, está condicionado a lo que quieran hacer las distintas Administraciones Públicas.
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