¿Un magnífico equipo?

“Un magnífico equipo”, “un Gobierno muy acorde con los tiempos”, “un Gobierno muy moderno”… Son algunas de las frases utilizadas por la vicepresidenta Fernández de la Vega para definir al Ejecutivo de Zapatero y de sus segundos escalones. Desde Moncloa se desmienten las versiones que hablan de que a Pedro Solbes le han metido ‘submarinos’ en el área económica –Miguel Sebastián-, pese que el propio Solbes llegara a decir un día antes que éste es un ‘gobierno de coalición’ entre él y los demás, con las lecturas que esa frase implica. ¿Qué hay, pues, detrás del aparente triunfalismo monclovita?

Zapatero tiene que ‘vender’ gestión, y hasta ahí es comprensible, pero no puede obviar que el nuevo Gabinete es de bajo perfil y que nace ya con problemas. Por ejemplo, ¿qué habló Miguel Sebastián con el asesor del presidente francés, Nicolás Sarkozy, hace dos meses en París, donde, al parecer, se abordó la opa de EDF sobre la ahora primera eléctrica española, Iberdrola? ¿Sabía ya Sebastián que iba a ser nombrado ministro de Industria, Turismo y Comercio y preparaba el camino de la opa, entre otras cosas? El tema traerá cola.

Pero no es sólo a Solbes al que le afecta el ‘recorte’ de Zapatero en el área económica. El problema subsiguiente es el de engarzar entre sí la nueva estructura de Gobierno, nada fácil, a pesar del aparente triunfalismo de Fernández de la Vega, que es la única que mantiene peso en este nuevo gobierno.

La nueva estructura aprobada por el Consejo de Ministros establece que en el Ministerio de Medio Ambiente, Medio rural y Marino de Elena Espinosa la creación de dos Secretarías de Estado que casi conforman un Ministerio en sí mismas: la de Cambio Climático –Zapatero dijo que sobre este asunto haría un Ministerio-,  y la de Medio Rural y Marino. Desde ahí se tienen que solucionar los problemas no sólo de abastecimiento, los más urgentes, sino de la España seca en general.

A Mercedes Cabrera, que le han quitado Universidades, la consuelan con la política social. De ahí que su Ministerio vaya a contar con una Secretaría de Estado de Educación y Formación Profesional –la FP tendrá un nuevo impulso en este Gobierno, probablemente para ‘desviar’ gente de la Universidad, labor para la que se nombra a Eva Almunia-, pero también con otra de Política Social, Familia y Atención a la Dependencia y la Discapacidad, a cargo de María Amparo Varcarce. Es decir, de lo que antes había en Trabajo y Asuntos Sociales: una gran área de gestión integradora en la familia.

El Ministerio para las Administraciones Públicas –en el que sigue Elena Salgado como gran gestora- va a pilotar el nuevo modelo de financiación autonómica que quiere Zapatero, para lo que ya se ha creado la Secretaría de Estado para la Administración Pública –a cargo de Mercedes Elvira del Palacio-que deberá reformar esa financiación, contando con el concurso de la Secretaría de Estado de Cooperación Territorial.

En Ciencia e Innovación, de nuevo cuño, Cristina Garmendia contará con dos Secretarías de Estado: una para Universidades –antigua competencia de Cabrera-  y otra para Innovación –a cargo ésta de Carlos Martínez Alonso-, con el objetivo declarado de una mayor integración entre el mundo universitario y las empresas.

En Industria, Comercio y Turismo, Miguel Sebastián desdobla la Secretaría de Estado existente en dos: una para el Comercio y otra para el Turismo –en la que será nombrado Joan Mesquida-.

En Presidencia, el Ministerio de la propia Fernández de la Vega, apenas cambios, salvo el nombre: la de Relaciones con las Cortes se convierte en Asuntos Constitucionales y Parlamentarios.

Para sustituir a Fernando Moraleda, el Gobierno se ha decidido por una periodista proveniente de la Cadena Ser, Nieves Goicoechea, de quien resultaba extremadamente difícil encontrar una foto siquiera en Internet. Nacida en 1965, es licenciada en Periodismo y ha trabajado en diversas emisoras locales hasta 1989 en que pasó a Antena 3 Radio, donde desempeño la cobertura de la información política hasta 1994, fecha en la que se incorporó a la Cadena SER.

Hasta ahí, lo más notable de la nueva estructura gubernamental en sus segundos escalones. Pero de la misma se traslucen algunas peleas intestinas con las que nace el nuevo Gobierno. Por ejemplo, el hecho de que la falta de sintonía personal con Alfredo Pérez Rubalcaba y sus constantes roces con Antonio Camacho haya puesto a Joan Mesquida en la cuerda floja de Interior hasta el punto de ser cesado como director general de la Policía y la Guardia Civil. Claro, que el mallorquín –a quien se considera hombre de José Bono- haya sido repescado para la Secretaría de Estado de Turismo, con Miguel Sebastián al frente. Otro espolón contra Pedro Solbes.