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El fiscal pedirá entre 10 y 12 años de cárcel para estas nueve personas

La Audiencia Nacional juzgará el 22 febrero a 9 miembros de una célula islamista

jueves 18 de enero de 2007, 20:43h
La Audiencia Nacional juzgará a partir del 22 de febrero a nueve presuntos integrantes de una célula islamista que en 2003 decidió impulsar atentados contra intereses españoles como consecuencia de la alianza de España con Estados Unidos en guerras como las de Irak o Afganistán, acabando algunos de ellos vinculados al 11-M.
Según fuentes jurídicas, la sección primera de la Sala de lo Penal ha señalado para ese día el inicio de este juicio, en el que el fiscal pedirá entre 10 y 12 años de cárcel para estas nueve personas que fueron detenidas en noviembre de 2004 en la segunda fase de la llamada "operación Nova" contra el terrorismo islamista.

Los nueve están acusados de un delito genérico de integración en organización terrorista, dos de cuyos supuestos miembros (Mohamed El Ouazzani y Khalid Zeimi Pardo) fueron sorprendidos en las inmediaciones de la central nuclear de Zorita (Guadalajara) con una máquina de fotos y en circunstancias "no lo suficientemente aclaradas", según las conclusiones provisionales del fiscal.

El fiscal Pedro Rubira considera que los acusados Mohamed Larbi Ben Sellam y Faisal Allouch, procesado e imputado, respectivamente, en relación con el 11-M, eran dirigentes de la célula y por ello pide que se les imponga la máxima pena por el delito de pertenencia a organización terrorista, doce años de prisión, mientras que para el resto solicita diez años de cárcel.

Ben Sellam, detenido el 15 de junio de 2005, está también acusado en el sumario del 11-M de un delito de integración en organización terrorista, así como de un delito de inducción al suicidio por enviar a Irak "mujahidines" dispuestos al martirio.

La célula, según el relato del fiscal, fue creada a principios de 2003 por "Mustapha El Maimouni" ,en prisión en Marruecos por su implicación en los atentados de Casablanca, "con la intención de captar a jóvenes marroquíes" para "utilizarlos en la yihad -entendida en su acepción de realizar ataques terroristas-", principalmente en Marruecos, "por considerar este país como renegado de la fe del Islam". Larbi Ben Sellam era el encargado de organizar el grupo de "Mustapha El Maimouni", cuñado de Sarhane Ben Abdelmajid, "El Tunecino", uno de los siete terroristas del 11-M que se suicidaron en Leganés (Madrid); mientras que Allouch se ocupaba de las finanzas.

Según Rubira, a raíz de la detención de "El Maimouni" en Marruecos, su grupo en Madrid "dejó de reunirse, permaneciendo en situación de 'dormidos', a la espera de su reactivación, tal y como sucedió con los atentados del 11 de marzo de 2004". La célula seguía la doctrina salafista-yihadista de los Grupos Islámicos Combatientes Magrebíes y en febrero de 2003 líderes de estos grupos en Marruecos, Libia y Túnez, mantuvieron un encuentro en Estambul (Turquía), "donde resolvieron, de una parte, perpetrar ataques terroristas en el Reino de Marruecos, y de otra, extender la yihad allí donde se encontraran 'mujahidines'".

"Sin embargo -prosigue el fiscal-, estos principios sufrieron una transformación en la medida en que las autoridades políticas españolas implementaban su alineamiento con las autoridades estadounidenses en la lucha contra el terrorismo internacional, y es por ello que resolvieron realizar ataques terroristas contra intereses españoles"

A Larbi Ben Sallam y Allouch, se les unieron después los acusados Abderrazak Azzi, "Abderrazak el de Marrakech", que según el fiscal, "había sido entrenado en actividades terroristas en Afganistán", Abdelkrim El Ouzzani, su primo Mohamed, los hermanos Noureddine y Azzedine Bellid; Samir Ben Abdellah (imán de Alcorcón) y Khalid Zeimi Pardo. También formaban parte del grupo tres presuntos autores del 11-M: Jamal Zougam, aunque, según el fiscal, no asistía a las reuniones; Rabei Osman El Sayed, "Mohamed El Egipcio", considerado ideólogo de la masacre, y los huidos Said Berraj y Mohamed Afalah, quien podría haber muerto en un atentado suicida en Irak.

Para sus reuniones en Madrid utilizaban un piso propiedad de Abdelkrim El Ouzzani, en el barrio de San Cristóbal de Los Ángeles, en el distrito de Villaverde; el domicilio de Abderrazak Azzi, en la calle del Metal, o la tienda de rótulos de Allouch. Las reuniones duraban entre 6 y 8 horas, eran de carácter semanal, preferentemente los sábados, y en ellas actuaba como "El Emir" (líder espiritual) "Mustapha El Maimouni" acompañado de "El Tunecino" y veían cintas de vídeo con sermones y escenas de la yihad", material controlado por el 'emir' del grupo.
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