En la actualidad, las grandes ciudades enfrentan problemas en abastecimiento y provisión de servicios; Quito no es la excepción. Los habitantes de la capital no son ajenos a los problemas de movilidad y seguridad, entre otros.
Pero, al sustraernos de la cotidianidad de la problemática urbana, es necesario reconocer que el manejo de nuestra ciudad se sustenta en una planificación seria y en una administración responsable. En Quito, el 97% de su población tiene agua potable, el 99% posee energía eléctrica, el 93% accede a alcantarillado y su tasa de pobreza es del 19%, la mitad del nivel de pobreza del país, que es del 38%.
Nuestra ciudad desarrolla su complejo aeroportuario, un verdadero polo de desarrollo. Su corredor periférico oriental, indispensable para la movilidad, está concluido; desde 2000 se ha construido más de 1 000 km en vías.
Quito está catalogada, según el New York Times, como uno de los 20 nuevos mejores destinos turísticos en el mundo.
A la par, la tasa de crecimiento de turistas extranjeros es del 23% anual. La ciudad también cuenta con planes maestros de producción y empleo, turismo, educación, salud, medioambiente, seguridad, movilidad, vivienda, entre otros.
Los quiteños tenemos el derecho de hacer públicos los problemas de la ciudad, pero, a la vez, tenemos la obligación de reconocer los aciertos de su administración.
En una ciudad cada vez más compleja, debemos ser parte de la solución y aportar al desarrollo de nuestra comunidad.
Tenemos un plan trazado hasta 2025 y es responsabilidad de todos los quiteños que sea cumplido a cabalidad.
Por Eduardo Cadena Dongilio/Centro de Estudios y Análisis de la Cámara de Comercio de Quito