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FERIA DE ALIMENTACIÓN ALTERNATIVA

"Vivimos una esquizofrenia alimentaria"

lunes 12 de mayo de 2008, 11:44h
"Vivimos una esquizofrenia alimentaria, nunca se habló tanto de comida y jamás el mundo comió peor", denunció el domingo el presidente de Slow Food, Carlo Petrini, en la clausura de Biocultura, la feria española más importante de alimentación y cultivo alternativo.
Fundador de este movimiento a favor del respeto alimentario y contra la comida rápida, Petrini también viajó a Barcelona para apoyar una campaña de recogida de firmas contra la producción de transgénicos.

La situación de la alimentación es uno de los "problemas capitales del planeta", en un momento en que "más de 50 países viven nuevamente el espectro del hambre", mientras otra parte de la población "por su excesiva y mala alimentación padece obesidad, diabetes, hipertensión y problemas cardiovasculares", declaró Petrini a AFP.

"No se da valor a la comida. Existe un miedo tremendo al hambre y tenemos una relación antropológica frente a él, aunque somos constantemente bombardeados por una falsa felicidad gastronómica muy cercana a la idiotez", sentenció.

"No existe en ninguna parte del mundo, a cualquier hora del día o la noche, una televisión en la que no aparezca alguien con una sartén en la mano, no hay diario que no escriba recetas o fotos de platos como si fueran cadáveres, desde lo alto. Esa es nuestra esquizofrenia", continuó.

La situación de la producción de cereales básicos esta volviéndose de "una gravedad impresionante" y entre las causas de una aceleración de los últimos cinco meses, Petrini enumeró "una persistente sequía en el mundo por un cambio climático del que todos somos responsables", un aumento del costo del petróleo y los fertilizantes y los subsidios a la agricultura "en Europa y Estados Unidos para que estas cosechas luego practiquen el 'dumping' en los países necesitados".

Calificó de "idea criminal" utilizar productos agrícolas para hacer biocarburantes y se refirió al caso "significativo" de México, donde desde hace "miles de años funcionó con una pequeña economía agrícola de susbistencia donde la base productiva era la milpa", la parcela de tierra que cultivaba cada familia.

Pero en cierto momento, la economía agrícola norteamericana, "reforzada con productos genéticamente modificados y subvencionada, entró en México: ese maíz terminó con la pequeña economía agrícola de subsistencia" y los campesinos mexicanos tuvieron que ir a trabajar a California, donde los granjeros ven que pueden ganar mucho más dinero con ese maíz para biocarburantes que hacer tortillas".

"Ahora México no tiene su agricultura y a la vez no puede competir con el maíz para el carburante
".

Utilizó una metáfora para explicar "un concepto de control de stock y la cotización en Bolsa de productos agrícolas" recurriendo a "un casino, con base en Chicago, donde se juega con los precios de cereales, como hacían con el petróleo, ahora guardan el cereal, esperan que aumente el precio y lo venden".

Esta "hermosa situación criminal" determina una "imposibilidad a los países pobres de participar del juego".

En cuanto a los cambios de hábitos asiáticos, en China, por ejemplo, en cinco años "se pasó de consumir 20 kilos de carne per cápita a 50, y si consumieran 120 como los españoles o 90 como los italianos por año, no alcanzarían tres planetas", ilustró.

Del espacio agrícola mundial, el 65% esta dedicado a producir alimento para animales, y para el humano 35%.

"Se producen alimentos en el planeta para 12.000 millones de personas y somos 6.300 millones. Unos 800 millones sufren hambre y 1.700 millones padecen obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares por una mala alimentación", añadió.

"Son las dos caras de una misma moneda", concluyó.
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