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San Isidro: faenón del sevillano, malogrado con la espada, y van...

El Cid sigue siendo el rey de la izquierda... táurica

El Cid sigue siendo el rey de la izquierda... táurica

· El toreo al natural brilló de nuevo en grado superlativo con la flámula de El Cid

jueves 15 de mayo de 2008, 23:12h
Toros de EL PILAR, muy bien presentados, cornalones (excepto 4º), flojos y nobles. 2º, 5º y 6º encastados. JUAN BAUTISTA: silencio; silencio. EL CID: vuelta tras petición; saludos tras aviso. ALEJANDRO TALAVANTE: silencio; pitos. Plaza de Las Ventas. 15 de mayo. 8ª de feria. Lleno con cartel de 'no hay billetes'
Una vez más, y van... Manuel Jesús 'El Cid' se proclamó el rey de la izquierda torera y olé con un faenón magnífico al natural en el quinto toro de su primer compromiso en San Isidro. Y una vez más, y van... a este Cid le falló la tizona. Pero, como aficionados, no nos importó: la lección estaba explicada y el nivel de la feria sube así muchos enteros.

Porque Manuel Jesús ha roto el ciclo merced a su toreo al natural, con pases a distancia kilométrica. O sea con todas las ventajas para el bicorne, que con su alegre repetición y su punto de casta vivaz y repetidora completaba los arrebatados monumentos escultóricos que componía junto al coletudo.  Con naturales también kilométricos en su profundidad oceánica e inspiradísimos remates: ora el de pecho marcadísimo al hombro contrario, ora el del desprecio, ora  la trincherilla, ora el de la firma, ora...

En la actualidad no hay quien toree así con la izquierda y ojalá la ídem política tuviera semejante adalid de pureza y de autenticidad. Aunque peor está la derecha, claro. La política me refiero, que no la de El Cid, pues también nos ahogó los corazones con la refulgente belleza de un par de series antes del canjilón de adornos finales y antes de fallar a espadas; y van... Estadísticas aparte, muchos quilates van a ser necesarios para superar este faenón.

Muy superior al que el de Salteras creó con el segundo, también repetidor y cumplidor en el penco -como todo el encierro de El Pilar, que adoleció parigualmente de justeza de fuerzas-, y con el que  parió una mezcolanza de  series por ambos pitones con altibajos, aunque en esta ocasión sí acertó con el arma toricida y paseó una vuelta al ruedo.

Del resto del festejo poco que relatar y casi nada en la memoria. Un desangelado y funcionarial Juan Bautista apuntó sin disparar y amontonó pases y más pases sin sello ni vitola, desaprovechando a sus dos enemigos, sobre todo al cuarto, que pedía más dominio y más clasicismo.

Mas si el francés pasó de puntillas, Talavante  se hizo notar para mal, para muy mal.  Torpón y sin ideas, sus dos atropelladas faenas ante toros también con opciones de triunfo fueron un canto a la vulgaridad, hasta el punto de que el público acabó protestándole ambos trasteos o lo que fuera aquello. Y la próxima del extremeño no es con una ganadería comercialota y dócil, como esta de El Pilar, sino ante un encierro de Adolfo Martín, y a petición propia. Miedo me da.
 
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