Sucre es la herida por donde Bolivia sangra

Los violentos hechos que sucedieron en Sucre son la muestra más clara de cómo se está gobernando el país, arroja además, un resultado dramático en el momento más crítico de democracia en Bolivia. El saldo de heridos es alarmante y las sirenas recuerdan los sonidos y silencio de las muertes de ciudadanos bolivianos defendiendo la democracia y luchando en contra de la maniobra más sucia que ha cometido Evo Morales en su tiempo como presidente: la Asamblea Constituyente, aquella que fue secuestrada y cercada por grupos militares y parasindicales.

Seis meses han pasado desde las muertes en los enfrentamientos de La Calancha, Sucre volvió a vivir una jornada de violencia, los chuquisaqueños juraron impedir que Evo Morales pise Sucre sin antes pedir perdón y responsabilizarse por los tres caídos. Y cumplieron su promesa. Sucre es el espejo donde Bolivia se mira, es el escenario donde se llevan a la práctica hechos. Sucre hoy, es la herida por donde Bolivia sangra.

Los hechos de violencia, discriminación y venganza son el resultado de una política gubernamental (sindical) que no puede contener a sus bases y que, finalmente terminó generando hastío en la clase media, la cual ha demostrado que no dejará pasar las muertes ocasionadas por fuerzas gubernamentales, aunque los ministros lo nieguen.

Bolivia es un país donde el presidente no tiene ingreso a Sucre, no es bienvenido en varios departamentos y termina aislado en La Paz, busca dentro de los varios cheques venezolanos la solución a sus problemas y se da cuenta que mientras más cheques venezolanos entrega, los problemas se incrementan. No entiende que ese populismo barato basado en repartir dinero a cambio de tranquilidad, se llama clientelismo y que los bolivianos hemos tenido maestros en ese arte. Aparecían ellos, los políticos buscando su cargo ansiado, con camiones llenos de arroz y regalos, compartían una horas con las comunidades y al caer el día, desaparecían del lugar y no se los veía hasta la próxima elección. Si bien es cierto que existe una cercanía mayor con Evo Morales, el resultado termina siendo el mismo, el presidente "indígena" llega, entrega cheques con dinero que ni siquiera es suyo y se va hasta que los siguientes problemas aparezcan, el mismo clientelismo hecho ahora con limosnas venezolanas.

La política gubernamental (posiblemente la única) es tapar un problema generando otro de mayor magnitud mediática, todavía no entiendo la pelea diplomática con Perú y las razones del gobierno boliviano para generarla. Algunas personas me comentaron que tiene base en la disputa ideológica que tiene Evo Morales con Alan García, personalmente creo que el Morales tiene gran experiencia en disputas pero no llegan a ser por motivos intelectuales.

Perú es un país amigo con grandes semejanzas, con la diferencia que busca insertarse en el mundo, el TLC con los Estados Unidos es un gran e inteligente paso hacia el mercado más grande del mundo, que inicia  una nueva fase dejando atrás el período negro del terrorismo.  Para redistribuir riqueza primero hay que tenerla, vendiendo y teniendo mercados habrá mayores probabilidades de que en el Perú haya menos pobres. En Bolivia nuestros gobernantes creen (y pretenden obligarnos a creer) que el mejor mercado es volver al trueque y volvernos un país autista, aislado del mundo bailando al son de música venezolana.

¿No tendrá Bolivia suficientes problemas internos para ir a buscar pelea en ámbitos internacionales? No se da cuenta el presidente Morales que su principal enemigo no es Estados Unidos, es su propia incompetencia, sus paranoias desestabilizadoras poco a poco se van desvaneciendo por que sencillamente, es el propio gobierno que está cavando su propia tumba, los fantasmas se están convirtiendo en crisis bien reales. Sucre es una crisis que el gobierno no puede escapar.

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Lic. Martin P. Gutiérrez M.C.M.