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El cambio de actitud hacia los nacionalistas

lunes 02 de junio de 2008, 12:55h
Es conocida que no toda la actual "bronca" en el PP se origina por la salida de María San Gil de sus cargos directivos y por las causas que lo originaron: también está en discusión el liderazgo, o la estrategia de Rajoy. Pero sí es cierto que  la salida de María San Gil se relaciona con la ponencia política, en la que se contienen las directrices políticas del P para los próximos tiempos, y en particular, donde aparece la voluntad de Rajoy de "adecuarse a los tiempos", llegando a algunos entendimientos con fuerzas nacionalistas, de modo que el PP dejaría de estar tan en solitario en el Parlamento como lo estuvo durante toda la legislatura anterior.

Pues bien, ese deseo de  "cambio de actitud hacia los nacionalistas" es lo que irritó a San Gil y "la expulsó" de la dirección "pepera". Pero Rajoy sigue insistiendo en sus mítines en que no cambia los principios del partido: simplemente trata de adaptar al partido  a las exigencias de nuestro tiempos...¿Quién podría ser socio del PP en esta legislatura? Ya estamos viendo que en el archipiélago canario, el PP gobierna con Coalición Canaria, grupo nacionalista. Pero se supone que en las perspectivas del PP no se descarta llegar a algún entendimiento más, particularmente con los nacionalistas catalanes de Convergencia.

Cabe recordar el buen entendimiento que Aznar tuvo, en la primera de sus dos legislaturas, con Jordi Pujol y su grupo. Pujol proclamó entonces que aquel entendimiento había sido un magnífico negocio para Cataluña.

Ahora mismo, los convergentes de Mas y Durán siguen necesitados de "socios en Madrid", tras verse situados en la Oposición al tripartito que gobierna Cataluña. De manera que CiU tiene dos posibles opciones. Entendimiento con el PP, o reparto de tareas con el PSOE: Oposición en Cataluña y colaboración en Madrid... Esto es, finalmente, lo que una vez más se plantea el gobierno de Zapatero, que siempre se inclinó por la colaboración de los socialistas con los convergentes también en Cataluña, si bien allí impusieron sus preferencias "más de izquierdas" tanto Maragall como Montilla.

En Madrid, desde el primer momento de la presente legislatura, Zapatero apostó por sumar los votos del partido más conveniente en la materia que pudiera debatirse en el momento preciso..., sin aliarse a ninguno de manera permanente. Pero no hay que excluir que, finalmente, CiU haga los dos tipos de papeles, de opositor a Montilla y colaborador con Zapatero. Así parece proyectarse en el Congreso, por parte del PSOE, para aprobar debates como el de los presupuestos generales del Estado. De otro lado, esa eventual alianza en Madrid impediría la aproximación que Rajoy y sus estrategas parece que se proponen alentar para los meses venideros. A nadie escapa que ese "abandono" de CiU no podría durar demasiado tiempo más...
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