Favoritos ante los rusos pero menos que antes

España tiene esta tarde su gran ocasión de oro, o dorada como su camiseta amarilla -dejémonos de eufemismos-, color que tan poca gracia le hace a un Luis que ha tenido el detalle de que el Fernebache anuncie antes del partido que esta vez sí cumple su palabra y deja la Selección para entrenar a los turcos. Una Selección que, insistimos, dispone de su gran oportunidad de subirse al carro de una final europea, que por el juego desplegado hasta ahora se merece.

Pero, ojo, que no será fácil, y aunque es favorita ante Rusia, porque individualmente salvo el fenómeno Arshavin y en conjunto es mejor que Rusia. Pero, ojo, que no será fácil, y aunque es favorita lo es menos que en el primer partido de esta hasta ahora gloriosa Eurocopa, en el que se goleó a los pupilos de Hiddink, que no van a caer en idénticos fallos defensivos que tanto ayudaron a la entonces ‘roja’ a machacarles (4-1).

Pero, ojo, que no será fácil, y aunque es favorita, conviene no olvidar que los rusos, menos desgastados por llevar en su competición liguera sólo desde marzo, pueden basar en ese poderío físico sus bazas ahora. En ese poderío que les sirvió para arrollar, literalmente, a la hasta entonces magnífica Holanda de Van Basten.

Esto no es ser pesimista, sino realista. Porque, insisto en que somos favoritos y si el partido se desarrolla con cierta normalidad debe caer de parte hispana. Pero sin olvidar que en fútbol dos y dos no siempre son cuatro. Pero sin olvidar que ahora será casi imposible repetir la goleada. Aunque lo importante es ganar y a estas alturas de la Eurocopa el fin justifica los medios.

Ojalá estemos en la final y cuaje aún más la ilusión con que se vive desde casi todo el país . Y escribo casi porque no conviene olvidar las declaraciones deseando que gane Rusia, o sea, que pierda España, del ‘jefe’ del PNV, Íñigo Urkullu, -y no es el único entre esa minoría que no quieren que ganemos, y que está en su derecho por incomprensible que sea. Pero para no enredarnos en discusiones semejantes, volvamos a lo estrictamente futbolístico.

Y ahí, pese a Arsahvin, les ganamos, en teoría. Porque, también repetimos que desde Casillas a Torres, uno por uno, nuestros futboleros -además con una entrega enorme, sudando la camiseta y reflejando en el campo el buen ambiente del vestuario donde no hay ‘Raúles’ ni ‘Cañizares’- somos mejores que ellos. Y eso, si no ocurre algo raro, debe ser suficiente para hacer más historia y alcanzar la 'finalísima' ante los suertudos y forzudos alemanes, que ya nos esperan.