Que el Real Madrid tiene perdida la batalla del relato es obvio. Quizá es la consecuencia más grave en su lucha contra la Liga de Fútbol Profesional. Y no hace falta estudiar en Salamanca para darse cuenta que el tinglado que tiene montado Tebas en el fútbol profesional riega de dinero a todos los medios que saben lo que hay que decir para tener contento al 'jefe'.
Que el Real Madrid tiene perdido el fútbol tampoco se discute. Que el equipo no juega a nada es tan sencillo de atestiguar cómo ponerse delante del televisor a ver los primeros quince minutos del partido ante el Celta. Ni un desmarque, balones al pie, poco riesgo y menos fútbol. Xabi Alonso no ha sabido, de momento, y lleva ya suficientes meses dotar a sus jugadores de esa intensidad que nos habían vendido iba a llegar con el tolosarra al banquillo del Santiago Bernabéu.
Que el Real Madrid tiene perdido el asunto Negreira es otro hecho. Ver las abismales diferencias de cómo se arbitra al Barcelona y como se hace con los blancos es también evidente. Primera falta a Lamine Yamal suele ser siempre motivo de tarjeta para el jugador contrario, la misma acción contra el Real Madrid siempre es perdonada. 6 faltas y 7 tarjetas ante el Celta es más difícil que se pite como penalti la mano de Bartra o encontrar un frame en la sala VAR que perjudique al Barcelona.
Que estas 3 premisas, que nadie puede discutir, tienen al madridismo envuelto en conjugar la importancia de cada una de ellas sin saber a qué carta quedarse. Si la falta de fútbol, si la imparcialidad de los jueces, si la lucha contra la Liga y los medios en el relato. ¿Cuál de ellas será el verdadero problema? Pienso que las tres, pero la única que está en su mano solucionar a corto plazo es el fútbol. No sé si con o sin Xabi Alonso, porque la verdad es que creo que aún no sabe por dónde le viene el aire, pero hace mucho que el fútbol no aparece por el Santiago Bernabéu. Y ya es hora de que lo haga.