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El lehendakari respondió al fin a la prensa tras sus últimas visitas 'mudas'

Ibarretxe pone condiciones para apoyar a Zapatero y Moncloa lo niega

Ibarretxe pone condiciones para apoyar a Zapatero y Moncloa lo niega

martes 19 de junio de 2007, 21:21h
Apoyo total en la lucha contraterrorista y por la seguridad ciudadana, sí, pero con condiciones. Eso es lo que le ha dicho el lehendakari Ibarretxe al presidente Zapatero en su reunión de Moncloa este miércoles. Ibarretxe ha condicionado su apoyo a que no se vuelva a “políticas antiguas”, es decir, las protagonizadas por el PSOE y el Gobierno de Aznar: no a la ley de partidos, no al pacto antiterrorista, no a disolución de fuerzas abertzales como ANV y no a políticas penitenciarias de dispersión de presos. Además, le ha dicho Ibarretxe a ZP que es hora de “hacer política”, o, lo que es lo mismo, que el plan secesionista que lleva su nombre “sigue vigente” y que mantiene la convocatoria de un referéndum en Euskadi.

En poco más de dos horas, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el lehendakari vasco, Juan José Ibarretxe, debatieron los temas más candentes de la política nacional, especialmente la nueva situación abierta tras el anuncio del fin de la tregua por ETA. Pero también abordaron otras cuestiones de tipo económico, como el desacuerdo existente entre ambos Ejecutivos sobre el concierto vasco.
   
El tema de ETA ocupó el mayor tiempo de reunión y, si bien el lehendakari expresó al presidente su poyo total, primero, al hecho de haber intentado una negociación con la banda armada, y, segundo, el compromiso firme de la Lehendakaritza en la lucha contra ETA y por la libertad y la seguridad ciudadana, también le puso condiciones: “Ahora más que nunca necesitamos de la política”.
   
¿Qué significado exacto tiene esa frase en boca del lehendakari vasco? Pues algo tan simple como que las instituciones vascas se van a implicar al máximo en la lucha contra ETA, pero que “no vale todo” y que “no vamos a acompañar a aquel que quiera aplicar recetas del pasado”. Es decir, que a pesar de la ruptura del alto el fuego y a pesar del peligro real de que ETA vuelva a atentar, la Lehendakaritza no ‘acompañará’ a Presidencia del Gobierno en un viaje en el que vuelvan a resurgir las políticas pactadas por los propios socialistas y el Gobierno de Aznar.
  
Así de taxativo fue Ibarretxe en la conferencia de prensa que ofreció tras su reunión con Zapatero. Incluso, a preguntas de los periodistas llegó a enumerar las ‘políticas del pasado’ que ZP debe dar por superadas: el pacto antiterrorista, la Ley de Partidos y hasta la política penitencia que mantiene la dispersión de los presos de ETA. Todo eso deberá cambiar si el Ejecutivo socialista quiere que el Gobierno vasco –y el PNV más específicamente- camine junto con el Ejecutivo central en la nueva situación política que se ha abierto.
   
Pero hay aún más. Ibarretxe acudió este miércoles a Moncloa más reivindicativo que nunca. Por ejemplo, con su frase “hoy más que nunca necesitamos de la política”, el lehendakari vino a decirle al presidente que hay que poner en marcha los mecanismos políticos necesarios para lograr “un modelo de relación amable entre Euskadi y España”, porque “estamos desde 1839 con un acuerdo pendiente”. En definitiva, sobre la mesa ha quedado que el plan secesionista de Ibarretxe sigue vigente, según el lehendakari, porque, aunque lo rechazó el Congreso de los Diputados, fue aprobado por mayoría absoluta por el Parlamento vasco y sobre esa base más necesario que nunca discutir ahora. Y también ha quedado claro sobre la mesa que, pese a quien pese, la Lehendakaritza convocará un referéndum en Euskadi sobre qué quieren ser los vascos respecto a España, y lo hará porque es un compromiso de Gobierno.
   
Graves diferencias, pues, han acompañado esta reunión, aunque medios gubernamentales hayan querido luego quitar hierro al asunto, señalando que la disposición a colaborar del Gobierno vasco es absoluta y total y no reconociendo en las ‘condiciones’ de Ibarretxe esa tal connotación de ‘condiciones’. Dijeron estos medios oficiales que, efectivamente, “las divergencias existen”, pero se empeñaron en resaltar el “clima de normalidad y de cooperación” existente entre ambos ejecutivos y que ninguna ‘condición’ –tal palabra fue usada por el lehendakari hasta en tres ocasiones en su rueda de prensa- “obstaculizará ni pondrá en riesgo esta colaboración”.
   
De igual manera, estos medios gubernamentales quisieron también resaltar otras palabras del lehendakari, como que “la sociedad vasca está asqueada con la decisión de ETA ”de volver a las armas, o de que “lo políticos no nos pongamos de acuerdo”, o el espaldarazo que Ibarretxe le dio a Zapatero al afirmar que “es un final perverso” el que ha propiciado ETA poniendo fin a la tregua, pero que “el intento [de Zapatero] ha sido honesto y ha merecido la pena”, pese a los errores habido, y que “hay que intentarlo [el proceso de paz] una y mil veces” porque “merece la pena”. Acaso sean en estos momentos las palabras que más quería oír el presidente del Gobierno, vapulado por muchos frentes, pero especialmente por el Partido Popular.
   
En otro orden de cosas, durante la reunión se abordaron las diferencias existentes entre ambos Ejecutivos sobre el Concierto vasco. Las diferencias persisten, a tenor de lo expresado por Ibarretxe, pero el lehendakari apeló a la palabra dada para solucionar este conflicto económico. Fuentes oficiales del Gobierno, por su parte, también expresaron su confianza en que el conflicto por el cupo se resolverá con buena voluntad por ambas partes.
  
 Y, en fin, respecto a otras cuestiones como los posibles pactos en Navarra y Álava el lehendakari se mostró muy prudente, apelando a que precisamente en democracia los pactos son “motivo de alegría”, o que “nunca son limitativos de nada” o lo que hacen es “agrandar la democracia”, para concluir que “seré respetuoso con lo que los partidos decidan en Álava, Navarra o cualquier sitio”. Eso sí, pidió que en Madrid se hable menos de Navarra –“hacen ustedes muy mal en hablar tanto en Madrid de Navarra”- porque se traslada la idea de que el futuro de Navarra se decide en Madrid “y lo que tenemos que ahcer es ser respetuosos: los navarros serán lo que los navarros quieran”.

La versión gubernamental

Tras la reunión, algunos asesores presidenciales fueron resaltando en grupos periodísticos algunas frases dichas por el lehendakari en la rueda de prensa y que, según Moncloa no han sido suficientemente valoradas. Por ejemplo, en lo relativo a Navarra, cuando el lehendakari ha dicho que “Navarra será lo que los navarros y las navarras quieran”.

O lo que ha dicho Ibarretxe sobre Acción Nacionalista Vaasca (ANV), con la que ha sido especialmente duro al afirmar públicamente que “pidió el voto en las elecciones a favor de un proceso de paz” y ha sido votado por mucha gente que “se siente frustrada y decepcionada” con la ruptura de la tregua por ETA. Además, efectivamente el lehendakari dijo que ANV tendrá que manifestarse contra la violencia “si no quiere perder crédito” o, de lo contrario, “habría engañado a 180.000 personas que le dieron el voto”.

En definitiva, que Moncloa valora “muy positivamente” la entrevista Zapatero-Ibarretxe y afirman los asesores presidenciales que lo más importante de todo es el apoyo sin fisuras que el lehendakari vasco ha dado al Gobierno para luchar policialmente contra ETA. Que lo demás son, según estos asesores, y según Moraleda, “meras especulaciones” o “meras interpretaciones” de los medios.

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