Aunque el PP está quejándose públicamente y cree que este retraso es inconveniente, parece que uno de los temas que trataron los dos grandes líderes nacionales,
Zapatero y
Rajoy, al regreso, en el mismo avión, de su visita a la capilla ardiente de
Ignacio Uria, es llegar a un pacto para disolver los gobiernos municipales regidos por ANV.
Y todo esto, insistimos, pese a que desde el Congreso se está generando una fuerte polémica por parte del grupo parlamentario del PP porque consideran que los socialistas han bloqueado, hasta febrero, esta iniciativa contra los radicales. Parece que se trata de escenificar una cierta disidencia, pero fuentes de Interior aseguran que la sintonía entre socialistas y ‘populares’, o al menos entre Zapatero y Rajoy, es, ahora, bastante completa en este terreno. El ‘viraje’ del Gobierno en lo que se refiere a negociar con ETA ha ayudado no poco al acercamiento.
Porque, demostrado está, hay bastante base para el acuerdo en el tema. Ambas partes, socialistas y 'populares', prefieren finiquitar el tema, aunque con distintas velocidades. El PSOE argumenta que no parece conveniente que la expulsión legal de los alcaldes y concejales de la ilegalizada ANV se convierta en un problema de cara a la campaña electoral vasca que está por venir a comienzos del año que viene, 2009, y que pueda usar el PNV con victimismo político.
El Gobierno recogió el 'guante' del PP
Además, el mismo viernes, con el atentado muy reciente, la vicepresidenta De la Vega anunció tras el Consejo de Ministros que el Gobierno iba a abordar las reformas legales necesarias para que un partido ilegalizado como es ANV no pueda gobernar los ayuntamientos.
Lo que aprobará De la Vega es la propuesta del PP de no dar acceso a los consistorios regidos por ANV al fondo de 8.000 millones de euros destinado a los ayuntamientos para paliar la crisis económica. De la Vega dejó claro que el Gobierno prefiere controlar, pero no perjudicar a los ciudadanos de esos municipios.