El cuerpo da "lo mejor por España, el País Vasco y la libertad"

   Sáinz, la primera de las víctimas en tomar la palabra, fue invitado por la Oficina de Atención a las Víctimas del Gobierno vasco a tomar parte en el acto como "homenaje a los policías y guardias civiles que se juegan la vida contra el terrorismo, en recuerdo de las víctimas del cuartel de Legutiano y del propio Juan Manuel Piñuel", asesinado el pasado miércoles.

   Leoncio Sáinz inició su discurso declarando, "para que conste", su condición de guardia civil, de la que se mostró orgulloso, a la vez que consideró un honor representar la voz de sus compañeros del cuartel de Legutiano y de "tantos otros que han pasado por el mismo sufrimiento".

   "Alguien puede pensar que uno se hace guardia civil porque no tiene otro remedio. Es una error bastante común, pero nosotros no somos mártires por vocación, nosotros queremos vivir como ustedes y queremos que nuestra vida y nuestra muerte tenga un sentido", añadió.

"Enorme sacrificio"

   A su entender, la muerte de Piñuel en Legutiano y el "enorme sacrificio" ofrecido "por tantos tantos guardias civiles en esta tierra" tiene "una razón de ser para seguir, para aguantar, para soportar tanto dolor": la defensa de la libertad y de los derechos de los ciudadanos.

   Sáinz explicó que los miembros de la Guardia Civil viven y mueren por velar por la seguridad y la libertad de la sociedad, para que la democracia y el Estado de Derecho "venzan al terror y a la imposición", así como para que "nuestros hijos no tengan la desdicha de vivir estos tiempos de desconsuelo y amargura", para que el hijo de Piñuel "pueda disfrutar de un futuro de paz y libertad".

   El guardia civil señaló que no puede "quitarse de la cabeza" la imagen y el sonido del llanto de los niños en el interior del cuartel de Legutiano al poco de producirse el atentado.

   "Y me pregunto: ¿dónde está la humanidad de esta acción tan cruel?, ¿cuál es su explicación?, ¿como puede mirar el terrorista a los ojos de sus hijos, feliz y contento de haber hundido la vida de esos niños, de hacerles llorar, de haber llevado el miedo a su mirada?, ¿cómo se puede vivir así el resto de la vida?", se preguntó.

Homenaje en el Parlamento vasco

   Sin embargo, recordó que "afortunadamente" hay otra imagen de estos días que "demuestra la dignidad de este pueblo, del pueblo vasco", y que fue la vivida en el Parlamento vasco, con la ofrenda floral de un ertzaina y un guardia civil a Juan Manuel Piñuel, "con todos los partidos delante, testigos de un gesto desconocido hasta ahora y ejemplo para el futuro".

   En este sentido, dijo que entendía "muy bien" las palabras de agradecimiento al pueblo vasco por el apoyo recibido que expresó la viuda de Piñuel, "porque no ha sido habitual, más bien excepcional y porque nosotros, los guardias civiles, hemos sufrido el desamparo durante muchísimo tiempo, cada vez que moría uno de nosotros y nos íbamos de esta tierra con los cuerpos sin vida de nuestros compañeros".

   Por último, agradeció la invitación a hablar que le hizo la Oficina de Atención a las Víctimas y añadió que, aunque "puede que haya algunos vascos que se lleven las manos a la cabeza" por este hecho, animó a los representantes de dicha oficina a que "no les hagan caso", porque "lo han hecho ustedes bien, no olviden que trabajamos por su libertad, la de todos los españoles, no olviden que queremos ser el mejor futuro para ustedes, el mejor futuro para España".

   "Les deseo mucha suerte en el futuro y que sus decisiones sean lo más acertadas para todo el mundo", concluyó Leoncio Sáinz, que fue interrumpido con aplausos varias veces durante su discurso.