El abuelo del ministro de Fomento, Pepe Blanco, va de boca en boca. Cierto es que fue el propio ministro quien sacó su ejemplo, pero, vaya, que se ha extendido a todos los miembros del Ejecutivo a la hora de justificar la reforma de las pensiones que Zapatero quiere sacar adelante el próximo 28 de enero.
El último en utilizar el ejemplo del 'abuelo de Pepe Blanco' ha sido el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras el Consejo de Ministros y horas antes de la reunión que el Gobierno iba a mantener con los sindicatos para hablar de reforma de las pensiones. Para explicar el por qué es necesaria esta reforma -elevación de la edad mínima de jubilación a los 67 años, entre otras cosas-, Rubalcaba recurrió a la familia de su colega de gabinete: el abuelo de Pepe Blanco tuvo 8 hijos -gran procreación, por cierto, pero el padre del ministro de Fomento sólo tuvo 1. La diferencia es sustancial y explica el 'adelgazamiento' de la pirámide de población en un par de generaciones.
Resultado: que la población trabajadora que ahora tiene entre 40 y 50 años es muy amplia, y cuando se jubile no va a haber tanta base para pagar la pensión, debido a que las generaciones posteriores a la del abuelo de Pepe Blanco no han tenido tanto ánimo procreador. Y ahí está justificada la reforma, aunque sólo sea basándonos en la familia del ministro de Fomento.
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