ETA, ¿se perfila una escisión similar a la de 1982?

Si el proceso de paz continuara y se pudiera llegar a algún tipo de resultado final, ETA podría partirse en un proceso de escisión muy similar al de ETA político-militar en las conversaciones de 1982. Allí se dio lugar al nacimiento de dos ramas en los pili-milis: la VII Asamblea, que se reinsertó en la sociedad y algunos de cuyos miembros se implicaron en la política activa, y la VIII Asamblea, que continuó cometiendo atentados hasta su posterior integración en ETA-militar. Es el análisis que han realizado tanto los servicios de información de la Policía como de la Guardia Civil, que creen que en un proceso de paz ‘no del todo maduro’, ETA pueda romperse entre la línea negociadora y los duros de ‘Txeroki’ de una forma similar a la de 1982.

Se recuerda en esos ambientes policiales que en abril de 1982 –con el Gobierno de UCD de Leopoldo Calvo-Sotelo- la antigua Herri Batasuna se ofreció como mediadora con ETA en base a la ‘Alternativa Kas’, si bien el entonces ministro del Interior, Juan José Rosón, rechazó inicialmente la oferta.

Esa ‘Alternativa’ había sido elaborada por los abertzales en 1975 y actualizada por ETA en un comunicado de febrero de 1978, antes, incluso, de aprobarse la Constitución Española. La ‘Alternativa Kas’ actualizada por ETA se conformaba en cinco puntos concretos: amnistía total, legalización de todos los partidos políticos vascos independentistas, expulsión de la Guardia Civil y de la Policía Nacional de Euskadi, mejora de las condiciones de vida de los trabajadores y desarrollo de un Estatuto de Autonomía que contemplase el ‘derecho a la autodeterminación’ y la integración de Navarra en la nueva Euskal Herría.

Analizando esa ‘Alternativa’ con lo que pide ahora la ilegalizada Batasuna, los servicios de información creen que apenas hay diferencias; es decir, que los radicales no están maduros para la negociación porque han avanzado poco en sus posiciones. De hecho, los puntos principales de la ‘Alternativa Kas’ siguen vigentes: amnistía total –que es lo que se negociaría con ETA para la salida de terroristas de la cárcel si se entregan las armas-, legalización de Batasuna y, en su caso, de otras formaciones independentistas –que es lo que quieren los abertzales para concurrir a los comicios de mayo-, el ‘derecho a la autodeterminación’ y la inclusión de Navarra, peticiones que siguen tal cual, aunque con la coletilla ‘si los navarros quieren’. Es decir, que los analistas de Interior no ven avances significativos.

Así, con esa información analizada, esos servicios creen que ahora podría ocurrir lo mismo que en 1982. El 30 de septiembre de ese año, ETA (p-m) anunció su disolución en una rueda de prensa a cara descubierta en el Frontón de Biarritz, y lo hizo un año y medio después de haber anunciado el alto el fuego (más similitudes con el proceso actual, según medios de Interior). Como ‘contrapartida’ (nunca reconocida como tal) comenzaron a salir de forma escalonada un centenar de presos de la ETA político-militar.

Sin embargo, no había unanimidad, al igual que ocurre ahora. El ‘Txeroki’ de entonces era Txutxo Abrisqueta Corta, quien dos años después de este proceso se integraría finalmente en ETA-militar.

La conclusión es que ETA p-m se rompió en VII y VIII Asambleas, que la VII se integró en la vida política, pero la VIII siguió cometiendo atentados y secuestros hasta su integración definitiva en ETA-militar, que es la que ha seguido hasta nuestros días.