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Paraguay empató sin goles ante Nueva Zelanda y logró pasar a octavos de final de la Copa como líder del Grupo F, aunque la "albirroja" volvió a mostrar un fútbol ofensivo poco contundente e impreciso ante la ordenada defensa neozelandesa.
Los paraguayos no buscaron dominar el centro del campo, sino que apostaron a transiciones rápidas por las bandas para evitar el grueso de la defensa rival en el centro del área.
Sin embargo, la falta de precisión en los pases y el buen repliegue defensivo de los oceánicos les negaron una llegada clara al arco defendido por Mark Paston, al que dispararon 17 veces en todo el partido, pero sólo cinco bajo los tres palos.
"Creo que tuvimos muchos problemas en el lugar donde no esperábamos tenerlos que era en ataque", dijo el entrenador Gerardo Martino a periodistas cuando finalizó el encuentro.
El mediocampista paraguayo Cristian Riveros tuvo el gol en sus botas en el minuto 61 tras un centro del lateral Denis Caniza al área, pero Paston, atento, pudo desviar con una mano la ocasión más clara para los dirigidos por Martino.
"Pensé que ahí íbamos a encontrar los espacios necesarios y por el contrario pensé que nos iban a hacer un poco de daño con las pelotas aéreas y esto no sucedió porque el equipo siempre presionó muy bien (...) no tuvimos movilidad como para crear demasiadas situaciones de gol", agregó.
En el primer tiempo, los "albirrojos" apenas tuvieron ocasiones claras de gol, más allá de un par de disparos de su capitán Caniza, cuyas proyecciones ofensivas por la banda derecha fueron de las mejores bazas de ataque sudamericanas.
Tan sólo un disparo a puerta y ningún córner reflejan el pobre balance ofensivo de los guaraníes en los 45 minutos.
ORDEN CONTRA CALIDAD
Los oceánicos compensaron su menor calidad individual con un despliegue táctico ordenado, defendiendo con cinco hombres en línea apoyados por dos centrocampistas de contención y estirándose para atacar con hasta tres hombres en punta, aunque nunca llegaron a inquietar el arco de Justo Villar.
Paraguay sabía que un punto le bastaba para clasificar, pero aún así trataron de retomar la buena imagen que dieron en la fase de clasificación sudamericana, con un fútbol rápido y vertiginoso que podía crear peligro en jugadas y contraataques.
Al igual que ante Italia, la "albirroja" estuvo desdibujada y a veces debió emplearse a fondo para no perder el control del partido en el contragolpe de los neozelandeses.
El mediocampista Víctor Cáceres vio una tarjeta amarilla que le impedirá jugar en la siguiente ronda.
Ni Roque Santa Cruz, que jugó unos metros por detrás de los arietes, ni el mediocampista Enrique Vera, encargados del juego de creación ofensivo, pudieron hacer llegar el balón a la punta de ataque, donde Oscar Cardozo y Nelson Haedo Valdez casi no gozaron de oportunidades.
Santa Cruz mostró algunos destellos de su calidad, pero no fue el delantero desequilibrante y agresivo que le dio renombre mundial. En todo el partido tan sólo hizo un disparo a puerta, pero su tiro libre desde fuera del área fue despejado una vez más por Paston.
Martino, buscando más inspiración en los últimos metros, decidió sacar al campo a los delanteros Edgar Benítez y Lucas Barrios por Cardozo y Valdez, pero tampoco ellos encontraron la forma de hacerse ver en el área.
Más eléctricos en la segunda parte y con más impulso tras los cambios, el arquero neozelandés volvió a lucirse tras detener un remate de Edgar Benítez a pase de Santa Cruz, y de nuevo el rechace embocado por Barrios.
Si (
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