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La UE ultima un informe que se debatirá en el Consejo de Transportes de junio

Los escáneres corporales, ¿realidad de un futuro próximo en España?

Los escáneres corporales, ¿realidad de un futuro próximo en España?

> Ya existe en mayor o menor grado en Reino Unido, Holanda, Francia e Italia

jueves 04 de marzo de 2010, 21:42h
La polémica de los escáneres está más viva que nunca: ¿qué pesa más la seguridad o el derecho a la intimidad? El atentado fallido del 25 de diciembre en el que Umar Faruk Abdulmutallab entró con explosivos en un avión del aeropuerto holandés de Schiphol con destino Detroit hizo saltar las alarmas sobre la seguridad aeroportuaria y comenzó a debatirse con fuerza la posibilidad de instalar en la Unión Europea escáneres corporales. De momento no hay una postura común, pero el consenso podría llegar en junio.
Reino Unido, Holanda y en formato de prueba, los aeropuertos de París, en Francia, y Roma, en Italia, ya han instalado estos instrumentos que 'desnudan' a los viajeros para evitar actos terroristas y en unos meses podrían ser una realidad en toda Europa.

    La presidencia de turno española ha manifestado en reiteradas ocasiones que pretende elaborar una normativa común para todos los estados miembros de la UE. Este objetivo estuvo sobre la mesa durante la reunión informal que mantuvo el ministro de Fomento, José Blanco, con los ministros de Transportes de los Veintisiete en A Coruña el pasado mes de febrero y ahora la Comisión Europea ultima un informe sobre la utilización de los escáneres y su posible repercusión en la salud que será presentado en abril. Este documento servirá de base para consensuar una normativa al respecto que podría ser aprobada en el Consejo de Transportes de la UE que se celebrará en junio, sin que en principio se plantee imponer su obligatoriedad a los países.

    La discusión sobre este tipo de escáneres corporales viene de lejos aunque sea ahora cuando el debate ha llegado a la opinión pública. Hace dos años, la Comisión Europea ya intentó autorizar este tipo de aparatos a través de los comités técnicos del Consejo de Ministros de la UE, pero la iniciativa no prosperó. El Parlamento Europeo rechazó por una amplísima mayoría la utilización de los escáneres el 23 de octubre de 2008 por considerarlo una "ofensa a la dignidad humana" y una "intromisión inaceptable en la intimidad de las personas". Ahora el debate se reabre.



Debate institucional y ciudadano

De momento la Eurocámara no se ha manifestado sobre el asunto directamente, aunque sí se ha referido a un tema de su posible financiación. La comisión de Transportes de la Eurocámara exigió que sean los Estados y no los usuarios los que paguen las medidas extra de seguridad. Sin embargo algunos eurodiputados ya han contrapuesto sus visiones.

    Teresa Jiménez-Becerril, española del Partido Popular Europeo, envió un mensaje "a aquellos que temen que se violen los derechos fundamentales", que "no existe un derecho más elevado que el derecho a vivir". "Quienes amamos la libertad por encima de todo necesitamos vivir seguros para sentirnos verdaderamente libres", agregó a mediados de febrero.

    En el lado opuesto encontramos al británico Charles Tannock, de los Conservadores y Reformistas Europeos. Tannock denunció que "es la primera ve que se obliga a la gente a recibir radiaciones ionizantes, más peligrosas para la piel y los tejidos que la radiación en los aviones". Sin embargo, sobre el tema de los efectos sobre la salud tampoco hay acuerdo. El director de aviación civil de Francia, Patrick Gandil, afirmaba que no hay peligro para los pasajeros en ser vistos por el escáner cuando a mediados de febrero se decidió instalar a modo de prueba los aparatos en el aeropuerto Charles de Gaulle de París.

    La opinión pública también está llena de contradicciones ya que mientras algunas personas opinan que la seguridad es prioritaria, otros creen que la norma podría ser incompatible con la esencia de la propia Constitución, argumentando que ser viajero no implica ser 'sospechoso' y que proteger la seguridad no puede ser una excusa para vulnerar ningún derecho fundamental.

    De hecho, la legislación española protege la dignidad de las personas por encima incluso de la seguridad, tal y como se desprende de la doctrina del Tribunal Supremo que mantiene la defensa de la intimidad como "límite infranqueable de toda investigación", tal y como recuerda en un artículo publicado en El País, Álvaro Redondo, fiscal del Supremo.
Los viajeros que ya lo han probado también reaccionaron de manera diversa. Hubo quienes se ofrecieron voluntariamente en el caso de Francia como Michael Rammel, de 47 años y residente de Miami, para quien se trata de un proceso práctico y rápido, otros que se preocuparon acerca de los potenciales efectos secundarios.

    Esto pone de manifiesto que aún queda mucha discusión por delante alrededor de algunas preguntas clave: ¿Qué pesa más, la seguridad o la intimidad? ¿Obligar a una persona a desnudarse en contra de su voluntad es lo mismo que 'desnudar' su imagen en una pantalla a ojos de la autoridad? ¿Y si fuera voluntario para evitar pasar controles de contacto físico? De aquí a junio estas cuestiones serán sin duda muy comentadas.

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