13 puntos. Es la mayor distancia que marca alguna que otra encuesta que circula en los medios y que daría una clara victoria a
Mariano Rajoy del PP con casi una perspectiva de mayoría absoluta. Sin embargo, los cambios hechos en el PSOE tienen un solo objetivo: después de asegurar las medidas económicas esta primavera, y haber vivido las consecuencias -pérdida de apoyos ciudadanos-, toca contraatacar.
Y ese contraataque tiene dos vertientes: convencer al electorado de que el PP no va a ser una mejor opción para España a partir de 2012 y que la victoria ante ETA, con una rendición o un alto el fuego definitivo, podría ser un aval magnífico para que
Zapatero o el candidato que llegue a las elecciones de año y medio tenga un claro halo de favorito.
Por eso se ha reforzado el aparato político del PSOE en este Ejecutivo, lo que tiene un claro ejemplo en el nombramiento como vicepresidente de
Alfredo Pérez Rubalcaba, un ministro bien valorado por los ciudadanos y que asegura un perfil duro contra el PP. También forma parte de esta nueva línea de trabajo la llegada del aragonés Marcelino Iglesias al frente de la organización del PSOE, relevando a una
Leire Pajín voluntariosa pero que nunca consiguió sustituir el papel de
José Blanco en el cargo, quien ejercía de ariete contra Rajoy y los suyos a la 'perfección'.
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ETA e izquierda abertzale
El PP, sabedor de que una de las vías de recuperación para Zapatero sería la de conseguir algún triunfo más sobre ETA, ha comenzado a contraatacar acusando al Gobierno y al PSOE de autorizar otra negociación para así legalizar a Batasuna de cara a las municipales de 2011.
Precisamente, Blanco aprovechó un acto en Málaga para pronosticar que el fin de ETA está próximo. Recordó que la legislatura pasada los dirigentes del PP "recorrieron España, de norte a sur, de este a oeste, diciendo que se rompía España y que nos arrodillábamos ante ETA". Y añadió: "Hoy España está más unida que nunca, y con ETA estamos a punto de acabar".
De hecho, Zapatero, Rubalcaba y el lehendakari,
Patxi López, así como el consejero vasco de Interior,
Rodolfo Ares, almorzaron el sábado en La Moncloa tras la reunión del Comité Federal del PSOE, tal y como publica el diario
El Mundo. La cita tuvo el objetivo, oficialmente, de "poner en sintonía" sus discursos ante los movimientos en la izquierda abertzale y la tregua de ETA de septiembre. Este diario asegura que Zapatero y López acordaron "no hacer guiños" a Batasuna y mantener una política de tolerancia cero con el entorno radical.
En la misma línea,
El País señala que la conclusión política más clara que salió del encuentro fue que los Gobiernos central y vasco, aún acusando recibo de los movimientos de la izquierda abertzale contra la violencia, no cambiarán la política antiterrorista ni darán ningún paso hasta que ETA abandone definitivamente la violencia.
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