El Madrid de Mourinho cumple: no convence pero vence

Y el equipo está cumpliendo las expectativas, la última este martes ante un débil Espanyol que, como aconteció con su anterior rival liguero, Osasuna, y de 'Champions',  un desconocido Ajax -otrora 'el más poderoso'- salió asustado al Teatro, nombre con que  le bautizó ese "ser superior" -Butragueño 'dixit- que es Florentino Pérez en rememoranza al mítico Old Trafford del Liverpool.

No es que el siempre polémico, pero indudablemente buen entrenador -ahí están sus  títulos nacionales e internacionales- José Mourinho haya inventado nada, que en el  deporte rey no hay ninguna cuestión táctica novedosa. Pero sí está cumpliendo el guión para el que se contrató: ganar, ganar y ganar. Aunque sea, de momento, a base de  aburrir, aburrir y aburrir.

En tal sentido, no muy diferente al cesado Manuel Pellegrini, que tampoco tocó la tecla del juego excelente que demandan los exigentes aficionados madridistas, que como los  azulgrana, no se conforman con vencer, sino que quieren que el equipo, además, convenza.  Algo lógico en ambos casos porque para eso son el 'dúo dinámico' del título. los únicos  aspirantes merced a su inigualable potencial económico.

Pero con la ventaja para el frustrado seleccionador portugués por dos partidos -ahí Florentino Pérez realizó un aviso a navegantes al no permitírselo: aquí mando yo- de disponer  de lo que el presidente le negó a su antecesor: ampliar alternativas creadoras para el  medio campo.

Mientras que al chileno le castigó quitándole a última hora a dos extraordinarios especialistas, Robben y Sjneider, como demostraron después en sus respectivos equipo  Bayern e Inter y en la subcampeona mundial Holanda-, premió largamente a Mourinho.

Trabajo táctico y Ronaldo

Poblándole esa decisiva cocina que es el centro del campo con los fichajes de los internacionales Ozil y Khedira tan destacados en el Mundial y tan magnífico complemento  al 'todoterreno' que es Xabi Alonso. Sin olvidar las aportaciones creativas del jovencísimo Sergio Canales.

No es que se haya notado mucho en el juego, como es lógico por el poco tiempo que lleva Mourinho y la acumulación de partidos, pero sí hay ya detalles importantes. Más allá de  los resultados, que, se insiste, es lo que se le pedía al luso -cinco partidos, incluyendo la Liga de Campeones, con cuatro ganados y uno empatado en Mallorca, donde el  equipo desaprovechó múltiples ocasiones-.

Por ejemplo, la gran disciplina táctica general, con un equipo que sale a presionar muy  arriba para robar balones y con la pegada de Ronaldo e Higuaín, sin olvidar la del argentino Di María que apunta a un magnífico fichaje y del recuperado Benzema, y con un extraordinario repliegue a la zaga cuando se pierde el balón.

Con una defensa adelantada pero que a la vez sabe despejar con contundencia llegado el  caso, merced al cada vez más imprescindible Pepe y al veterano Carvalho, dos centrales de gran categoría y que se complementan a la perfección. Con dos laterales, Arbeloa y Ramos que primero defienden y después suben hasta el área contraria pero no a lo loco. Y  siempre con 'San' Casillas inconmensurable por detrás.

Con un Cristiano Ronaldo al que, sin quitarle sus genialidades ni su inspiración, ha  sometido a otro gran trabajo táctico, bien por la izquierda como última punta de lanza, bien por detrás de Higuaín, pero siempre adaptándole al juego colectivo y corrigiendo su  excesivo individualismo.

Naturalmente, queda mucho por mejorar, fundamentalmente el juego por las bandas, la estrategia de las faltas, algún que otro despiste y pérdida de balón en lugares peligrosos. Naturalmente que falta la prueba de fuego de ribvales de mayor enjundia que el calendario español y europeo va a traer de inmediato.

Pero en tan sólo dos meses se nota y mucho la mado de Mourinho, inflexible con la disciplina igual para todo el mundo, galácticos y no galácticos, a la hora de pasar casi todo el día en Valdebebas haciendo grupo, de controlar los móviles, la vestimenta y hasta la alimentación.

Además, de cara a conquistar algún título este año, tras el fiasco del anterior -a ser posible la soñadísima 'décima' Liga de Campeones-, los números le cuadran en la competición española: 10 de 12 puntos, porcentaje similar al de 2009/10, pero que ahora sí valdría para ser campeones, porque es imposible que la otra parte del 'dúo dinámico', el Barça de Guardiola, repita su récord de puntos.

De momento ya ha perdido un partido y aunque sigue jugando muy bien, cada vez los equipos le conocen más, como su verdugo Mourinho el año pasado con el Inter, que supo jugarle en su línea de poco espectáculo pero máximo rendimiento, elimibarle en semifinales de 'Champions' y apunytarse después el título, que sumó al de Copa y Liga italiana.

Y es que el polémico portugués, en Oporto, Chelsea e Inter siempre cumplió con la razón fundamental de su contratación: ganar títulos. Y en el Madrid parece haber iniciado el camino.