Quién no ha discutido si era mejor Maradona o Messi; Pele o Romario. Pasado frente a presente. Nada es más fuerte que el recuerdo si este se graba de forma positiva en la memoria. Te permitirá además modificarlo a tu antojo para agrandarlo y contarlo hasta cien veces y cada vez de una manera distinta. Con los caballos pasa lo mismo que con los futbolistas. Pero por desgracia sin relevo generacional, sí hay gente para poder presumir de haber visto correr a El Pais, Chacal, Zalduendo, Akelarre o Indian Prince pero peinamos, los afortunados, las mismas canas pero a sabiendas que tenemos recuerdos diferentes de los mismos hechos. Nadie ve el mismo partido como tampoco nadie ve la misma carrera. Además todos tenemos ganas de demostrar lo que sabemos. Competición absurda.
Lo que sí parece claro es que tenemos que mirar hacia el futuro. Por mucho que nos guste el pasado y la bronca. Tenemos ya la costumbre del enfrentamiento adherida a nuestro ADN turfero. Si miramos atrás y abrimos un periódico de los años 80, aquel tiempo donde la información de las carreras de caballos ocupaba espacios en prensa generalista y deportiva de forma cotidiana nos encontramos con los mismos problemas que ahora. Lucha entre modernidad y pasado. Para muestra un botón. ¿Sabéis que ocurrió el día que el difunto Ramón Mendoza dejaba en manos de Gabriel Covarrubias la SFCCE? Pues que una señora se dirigió a un nutrido grupo de hombres curtidos en los años cincuenta de la España franquista con la célebre frase. “Ha ganado, apoyado por sus compinches tres viejos y cuatro maricones”. Ahora en la España postmoderna somos más bien quedas que un monaguillo en su primer día de Misa. Esta frase no tendría cabida. Ahora lo que se lleva es ir por detrás y en el anonimato de las redes sociales, pero la lucha de poder es similar. Entre dominar lo que hay en el pasado o afrontar el melón del futuro.
Hace unos días se modificó la Ley de Juego en la Comunidad de Madrid y caminamos hacia el futuro sin excusas. Hay que sacudirse la caspa del pasado y generar aperturas. Abrir puertas y ventanas para que entren los caballos y sus carreras. Qué lo hagan limpios. Qué la apertura sea real. Para todos no sólo para los que vimos a los caballos de los ochenta. Que ya tenemos nuestros años y nuestras batallitas. Las hemos perdido todas. Ya nos hemos convertido en... viejos compinches.
Juego limpio y responsable
El Juego Responsable consiste en la elección racional y sensata de las opciones de juego
Se prohíbe la participación de menores y personas consideradas incapaces legalmente o por orden judicial.
