La policía austríaca encontró una bomba casera "no operativa" durante el registro del domicilio del presunto autor de la masacre ocurrida el martes en un centro de secundaria de Graz, en la que el tirador mató a 10 personas antes de suicidarse. Y otras 11 personas resultaron heridas, aunque fuentes médicas han confirmado este miércoles que todas están ya estabilizadas y, en principio, fuera de peligro.
El hallazgo del artefacto lo confirmó este miércoles el director general de Seguridad Pública, Franz Ruf, en declaraciones a la radio pública Ö1. Además del explosivo de fabricación casera, los agentes hallaron una carta de despedida tanto en formato digital como impreso, dirigida a sus padres.
Según Ruf, el texto no ofrece indicios claros sobre el motivo de la masacre. El supuesto tirador no contaba con antecedentes penales ni estaba en el radar de la policía austriaca.
El atacante, un joven de 21 años identificado como Arthur A., era un ex alumno del centro, aunque no había finalizado allí su formación y se encontraba en la actualidad sin empleo.
Si bien en la prensa y redes sociales circula la teoría de un supuesto acto de venganza del atacante por haber sufrido acoso escolar en el pasado, la policía austríaca no quiere ni confirmar ni desmentir estas versiones.
El tirador perpetró la masacre con 2 armas, una larga y otra corta, que poseía de forma legal, lo que ha reavivado el debate político en Austria sobre la facilidad para acceder a armas de fuego.
En los últimos años el número de armas se ha disparado en este país de 9 millones de habitantes, según datos oficiales, al pasar entre 2018 y 2025 de un millón a más de un millón y medio, que están en manos de unos 380.000 propietarios, destaca el diario 'Die Presse'.
Psicólogos escolares para atender a los alumnos
Un día después de la masacre, los alumnos del instituto Borg Dreierschützengasse se reencontraron este miércoles en una sala de eventos próxima, acompañados por profesores y psicólogos, para intentar comprender el horror vivido apenas 24 horas antes.
Uno de los alumnos, que se identificó como Ennio, habló con los medios de comunicación en nombre de sus compañeros, pidiendo tranquilidad y respeto. "Es todo surrealista, no se puede describir ni entender. Quiero pedir de corazón, en nombre de la escuela, de los profesores y de todos los demás, a los medios, que nos permitan en los próximos días estar de luto, en tranquilidad", dijo el joven, superviviente del ataque.
Las autoridades han movilizado a decenas de psicólogos para atender a los afectados de la masacre, la peor en la historia de Austria. Edwin Benko, responsable de la unidad de intervención psicológica, explicó que es "muy importante que exista la posibilidad de que los jóvenes se vuelvan a encontrar".
"Algunos quieren hablar de lo sucedido, otros quieren estar juntos y lloran juntos, y otros se animan y se reconfortan, bajo el lema 'juntos lo vamos a superar'", dijo el psicólogo.
La escuela atacada seguirá clausurada mientras duren las investigaciones de la policía en el interior del edificio.
"Cuando haya terminado, se abrirá la escuela de nuevo. Todos los psicólogos nos dicen que es mejor que los niños estén en su ambiente habitual, con sus amigos y con sus profesores", explicó Elisabeth Meixner, directora de Educación del estado federado de Estiria.
En cualquier caso, Meixner aseguró a la prensa que aquellos niños que no puedan o quieran volver a la escuela serán excusados de clase en las próximas semanas.