Junto a Mouriño perecieron su asesor para temas de seguridad, José Luis Vasconcelos, la directora de Información de la Secretaria de Gobernación (Ministerio del Interior), Norma Diez, el portavoz de la institución, Miguel Monterrubio, y el coordinador de esa cartera, Arcadio Echeverría.
También fallecieron el piloto Martín Jesús de Oliva, el copiloto Álvaro Sánchez, el capitán Julio César Ramírez y la sobrecargo Gisel Carrillo. Además, otros cuatro cadáveres, al parecer de transeúntes, se encuentran en las dependencias forenses.
El Gobierno mexicano hizo pública la conversación entre el piloto de la nave y la torre de control del Aeropuerto de Ciudad de México que confirma que los tripulantes no realizaron llamadas de auxilio o emergencia.
La comunicación transcurre con normalidad hasta que se pierde contacto con la aeronave, minutos antes de que ésta se estrellara contra el suelo en una concurrida avenida de la capital mexicana.
Según el experto en aeronáutica Agustín Arellano Rodríguez, que compareció junto al ministro, las trayectorias, altitudes y velocidades de la aeronave se encontraban "dentro de las normas establecidas en los procedimientos de llegada al aeropuerto".
Tampoco había una aproximación excesiva a otras aeronaves que se acercaban al aeropuerto y que podrían haber ocasionado turbulencias excesivas en el avión, tal y como sugirieron algunos medios.
El Gobierno mexicano aseguró que antes del despegue, la nave, que estaba en el aeropuerto de la ciudad central de San Luis de Potosí, estuvo vigilada por elementos de seguridad.