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El superávit comercial de Argentina creció un 36,4 por ciento interanual en julio, dijo el jueves el Gobierno, un salto que obedece a una fuerte merma de las importaciones por el estancamiento económico del país.
El saldo positivo de la balanza comercial alcanzó los 1.315 millones de dólares en el séptimo mes del año, por debajo de los 1.406 millones que esperaban los analistas según un sondeo de Reuters publicado esta semana.
Los datos oficiales confirmaron un anticipo hecho el miércoles por la presidenta Cristina Fernández, quien había indicado que el superávit comercial se había expandido un 35 por ciento interanual en julio.
En julio se registró una caída interanual de las compras externas del 41 por ciento, a 3.580 millones de dólares, por una "reducción del 28 por ciento en las cantidades importadas, que a su vez fue acompañado por una baja de los precios del orden del 18 por ciento", dijo el Gobierno en un comunicado.
Los principales rubros de importación que mostraron caídas fueron los bienes intermedios, de capital y combustibles y lubricantes.
Las exportaciones de la tercera economía latinoamericana se derrumbaron un 30 por ciento, a 4.895 millones de dólares, por una merma en los precios de los productos del 18 por ciento y una de los volúmenes vendidos del 15 por ciento.
Las ventas que más crecieron en julio fueron las de residuos alimenticios -que incluyen los subproductos de la gigantesca industria aceitera de soja y girasol-, el petróleo, y las piedras y los metales preciosos, informó el Ministerio de Economía.
"Esto es un indicador de la gran debillidad en la actividad doméstica, a pesar del brillante escenario que está implícito en los datos oficiales acerca de la actividad real", dijo Alberto Ramos, analista de Goldman Sachs en un reporte.
"Sin embargo, los balances de cuenta corriente y comercio podrían seguir bien anclados por la significativa desaceleración de la actividad local y las perspectivas de debilitamiento del peso, que debería contribuir a reducir el crecimiento de las importaciones", añadió.
Argentina enfrenta un freno en su economía tras un ciclo de seis años de crecimiento a tasas de entre el 6,8 y el 9,2 por ciento.
El Gobierno no ha modificado su proyección presupuestaria para el 2009, de una expansión del Producto Interno Bruto del 4 por ciento, aunque el consenso de los analistas privados apunta a que el país sufrirá una contracción económica este año.
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