Victoria aprende de Europa

He estado en Estocolmo dos días. Llegar el domingo y salir a las ocho de la mañana del miércoles. Se celebraba la 62 reunión de la Cosac, que es la reunión de las Comisiones europeas de los 27 parlamentos de la Unión, más Turquía que acude de observadora. También lo hizo Noruega y Croacia, que está en lista de espera.

Tuvimos la reunión en el parlamento sueco, el Riksdag en una ciudad, Estocolmo, bellísima, pero sin gente en la calle. Hacía frío y llovía.

 El lunes, tras la apertura de las sesiones, nos vino el primer ministro. Es conservador, en la socialdemócrata Suecia. Se Llama Fredrik Reinfeldt y nos habló de lo que estaban haciendo y de la dificultad de poner en marcha el Tratado de Lisboa con una Chequia que tiene un presidente, Vaclav House, que no firma. La siguiente presidencia  será la española. Y a partir de ponerse en marcha el Tratado habrá un presidente europeo por espacio de dos años y medio con un potente ministro de Asuntos  Exteriores.

En la delegación de las Cortes generales españolas había diputados y senadores y la presidía el ex ministro de Agricultura y Pesca, Miguel Arias Cañete.

A las once de la mañana, nos pusimos en pie y recibimos a Victoria de Suecia, la princesa heredera. Alta, musculosa, con cara angulosa, se parece a su madre. Entró con dos acompañantes, y se sentó en una esquina. No nos soltó ningún discurso de circunstancia sino que siguió el debate apuntando cosas en su agenda, sobre las preguntas que los parlamentarios de los 27 parlamentos europeos le hacíamos. Yo le pregunté sobre la preocupación de la UE en relación con lo que estaba ocurriendo en el Índico. Me dijo que sí, pero no quiso entrar en detalles.

Tras la foto oficial, el consabido buffet frío haciendo equilibrios con el plato, los cubiertos, la copita y los saludos en el propio Parlamento. Salmón, patatas y reno. Y la princesa estaba allí hablando con la gente.

A las 2, siguió la sesión para hablar del Desafío Climático. Habló el ministro de Medio Ambiente Andreas Carlgren y hubo debate. Y allí estaba la princesa tomando notas. Terminó la sesión y se fue. Al pasar al lado mío le saqué la foto que ilustra estas letras.

¿Cómo sería esto en España?

Vendría Felipe de Borbón con pompa y circunstancia. Nos leería un papel que no había hecho él. Carga de tópicos y generalidades. Aplausos y se iría, con pompa y circunstancia.

¡Mira por donde me parece mejor el modelo monárquico sueco!. Por lo menos es¬cuchan y aprenden, Estos de por aquí, ni escuchan, ni aprenden ni olvidan nada.