Los 'zaplanistas' reaparecen en Valencia

La reunión que celebra el Comité Ejecutivo del PP valenciano esta misma tarde se prevé muy tensa. Sobre todo después del anuncio de Ricardo Costa advirtiendo de que no irá por su propio pie a la ‘guillotina’ para que desde Génova le corten la cabeza. Fuentes del partido no descartan que el secretario general regional no esté presente en la reunión del órgano de dirección dado que ya ha hecho público el comunicado que pensaba leer dentro.

Pero, en el turno de ‘ruegos y preguntas’, se espera que haya varias peticiones de palabra, algunas de ellas de apoyo a Costa y otras no tanto. Una de esas voces críticas que cuentan que se escuchará es la del presidente provincial del PP de Alicante, el zaplanista José Joaquín Ripoll, que ya ha advertido que si en el partido “hay problemas o manzanas podridas, lo que hay que hacer es quitarlas cuanto antes”,  mientras dirigía sus misiles veladamente no solo contra Camps sino también contra Rajoy. 

Sus declaraciones han puesto de manifiesto que la crisis del Gürtel ha logrado despertar de su letargo a este sector que se aglutina alrededor del ex portavoz del PP y antecesor de Camps, Eduardo Zaplana, quien después de muchos meses desaparecido de la escena política se dejó caer por Valencia el pasado 9 de octubre, en los festejos del Día de la Comunitat. Todo un síntoma de que las antiguas familias se preparan para una nueva y previsible batalla por el poder ante la posibilidad de que Mariano Rajoy deje caer finalmente al barón valenciano del que ya ha empezado a distanciarse.

Así las cosas, el primer aniversario de la reelección de Camps como presidente del PP valenciano, que se cumple precisamente el próximo domingo, 18 de octubre, va a resultarle al presidente de la Generalitat especialmente amargo.

En circunstancia ‘normales’ este aniversario habría sido celebrado por todo lo alto, pero en el PP no están para más fiestas, pese a lo dicho por el propio Camps -“en el PP nunca acaba la fiesta”- al que este martes ha parafraseado su número dos.