Hubo una vez una editorial que se hizo famosa en España por la publicación masiva de cuentos que, a muchas generaciones incluida la mía, nos excitó la imaginación. Posteriormente, y cuando comenzó el ocaso de dicha editorial, comenzó a hacerse famoso el dicho ese de "tienes mas cuento que Calleja". La frasecita de marras ha desembocado en los "cuentos chinos". Definición metafórica con la que, mas o menos, se viene a calificar todos los argumentos que no nos podemos creer ni hartos de Whisky.
Pues bien, uno de esos argumentos, que producen risa mas que invitan a
reflexionar, lo ha hecho el secretario general de UGT, Cándido Méndez, quien, o nos toma por tontos o es que es verdad eso de que está ejerciendo de "cuarto vicepresidente" y ha aprendido las maneras de los políticos.
Vamos, que nadie en su sano juicio se puede creer que las negociaciones que su organización y Comisiones Obreras mantienen con los empresarios en materia salarial, van "por buen camino" cuando, unas horas antes, el director de Economía de la CEOE,
José Luis Feito, - atentos a este hombre que manda mucho en la confederación Empresarial y puede llegar a mandar aún más-, había avisado que cuidadito con las retribuciones que los empresarios no están para muchas alegrías.
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Cándido Méndez no entiende de números y cree que dos y dos son cinco, o aprendió muy bien de la Editorial Calleja y nos quiere hacer comulgar con ruedas de molino. En otras palabras, que esa famosa negociación salarial que parece ser que se puede convertir en la llave del diálogo social, va a empobrecer aún más a los ciudadanos. ¿Apuestan conmigo a que los salarios no suben, este año, por encima del 1%?
Argumento para ello: la baja inflación registrada en 2009. Mentira. Todos saben en este país que los IPCs de Estadística mienten mas que hablan. Un 1% de subida de los sueldos en el presente año, con una previsión de inflación netamente superior a este dígito, significa volver a cargar la crisis sobre los de siempre: los trabajadores. Sólo que con una diferencia: Hace años, los antecesores de Méndez y Toxo en sus cargos, Redondo y Gutiérrez, por ejemplo, denunciaban esta situación sin pelos en la lengua.
¿En qué se han convertido los sindicatos?