"Otra cosa es poner en cuestión que somos dueños de nuestras ideas", distinguió la ministra, para quien respetar el derecho de autor es "fundamental", porque no se pueden explotar las ideas ajenas sin el conocimiento del creador, recordó.
El canon que protege los derechos de los autores de las canciones que se escuchan en los locales exige pagar seis euros mensuales en salones pequeños, de menos de 50 metros cuadrados, y de 12 euros si no llegan a los 100 metros cuadrados.
La clave de la polémica está en la forma de difusión de la música. Si se hace desde un radiocasete o se escucha la radio, la Sgae entiende que se le da un uso privado y no hay que pagar ningún canon. Pero cuando se utiliza dentro del circuito de hilo musical -fórmula mayoritaria en las peluquerías-, la Sgae lo califica de "comunicación pública" y hay que pagar el canon.
En el momento actual hay que recapacitar sobre si los modelos de percepción de derechos "siguen sirviendo", pidió, porque se trata de un momento de transformación industrial. Recordó que hoy mismo se reúne la subcomisión de la propiedad intelectual en Madrid y que este tema formará también parte del programa de ministros de cultura en este semestre en el que España ejerce la presidencia de la Unión Europea (UE).
La Asociación Nacional de Peluquerías apela a la presión popular
El presidente de la Asociación Nacional de Peluquerías de España,
Mariano Castaño, se manifestó en contra del canon y aseguró que "no es ético ni justo que por tener la radio puesta haya que pagar"
Castaño añadió además que poner música en sus locales puede ser algo positivo para la SGAE porque es una forma más de dar publicidad a los músicos, ya que "mientras te cortas el pelo puedes estar escuchando a Amaya Montero o David Bisbal".
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