El ex concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Valladolid, José Antonio García de Coca, sigue en el ojo del huracán. García de Coca ha sido señalado por el grupo socialista como máximo responsable de amañar presuntamente la adjudicación de una obra municipal en beneficio de una empresa vinculada a la trama Gürtel.
Las obras de la segunda fase del colector del Carrascal fueron adjudicadas a la empresa Sedesa después de que el concejal de Urbanismo recabara un segundo informe técnico, ya que el primero descartaba esa oferta por incurrir en baja temeraria (no llegaba a los 3,5 millones de euros sobre una base de licitación que superaba los 6). Ese segundo informe, encargado expresamente por García de Coca a otro técnico munícipal, sirvió para adjudicar la obra a Sedesa, que posteriormente ha ido presentando modificados del proyecto ampliando el importe inicial de la adjudicación en más de dos millones de euros. La adjudicación se produjo en junio de 2007, días antes de que se renovara la corporación municipal y García Coca dejara de ser concejal.
El ex concejal de Urbanismo está imputado además por el Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid en relación con la presunta manipulación de planos y documentos del Plan General de Ordenación Urbana, alteración fraudulenta que permitió aumentos de edificabilidad, descatalogación de edificios y construcciones en suelo rustico que no se atenían a lo aprobado por el Pleno municipal.