
La Policlínica Tibidabo de Barcelona ha sido expedientada por la Generalitat debido a sus terapias para “curar” la homosexualidad con pastillas y tratamiento psiquiátrico. ¡Bravo por ellos! En pleno siglo XXI y no se han enterado de que ningún organismo médico en el mundo considera a la homosexualidad una enfermedad.
A los que a lo mejor sí habría que tratar es a los que piensan como los responsables de la Policlínica, como el psiquiatra
Joaquín Muñoz que afirmó: "Nadie quiere ser homosexual, [eso] les cae encima. Si con una pastilla pudieran cambiar su orientación sexual, el 99% querría tomarla". Posiblemente ese porcentaje sería infinitamente menor si no existiesen personas tan retrógradas como el señor
Muñoz que piensan que ser homosexual es un problema, o peor aún, una enfermedad.