Si el próximo domingo va a ser un día histórico para el socialismo madrileño, no menos lo va a ser el lunes, día 4. A esas alturas ya se sabrá quien de los dos candidatos -
Tomás Gómez o
Trinidad Jiménez- ha salido victorioso de las primarias para optar a ser el candidato del PSOE a la Comunidad de Madrid y rival de
Esperanza Aguirre. Gómez es el que más se juega en el envite ya que de perder las elecciones internas su futuro se le presenta muy negro por muy buenas intenciones que muestre ahora Jiménez.
Y es que, aunque el secretario regional del PSM haya advertido que si pierde seguirá al frente del partido, en Ferraz no tienen los mismos planes. Tanto
José Blanco como el ministro
Alfredo Pérez Rubalcaba, los principales detractores de Gómez en la dirección federal, apuestan por un rápido recambio. Si no ahora - para no perjudicar más las malas expectativas electorales-, si inmediatamente después de las elecciones autonómicas y muncipales, un plazo a ojos de muchos demasiado largo en el supuesto de que Trini gane el domingo.
Y el hombre en el que han puesto sus máximas esperanzas se llama
Antonio Hernando, una persona de la absoluta confianza del vicesecretario general del PSOE que además goza del apoyo del ministro del Interior. El joven diputado madrileño espera en silencio la oportunidad de hacerse con las riendas de una de las federaciones - junto a la valenciana- más complicadas e indómitas del PSOE.
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