miércoles 12 de febrero de 2014, 07:44h
Me gusta el cine;
pero, por supuesto, me gusta el buen cine sea americano o
español. Es más, prefiero el cine español bien hecho aunque haya muchas
diferencias de presupuesto, dedicación y, sobre todo, de cultura por intentar
contar lo mejor posible buenas historias de todo tipo. No todo es oro lo que
reluce en el cine americano, hay mucha película de serie B infumable e
insoportable, igual que hay en España algunas iniciativas que nunca debieron
comenzar. Pero, cuidado, no debieron iniciarse por tratarse claramente de casos
en los que se va a por la subvención para círculos amigos y que después ni se
estrenan. Otra cuestión es la necesidad de irse fogueando con proyectos más o
menos interesantes que sirven para ir adquiriendo la experiencia imprescindible
para cualquier carrera profesional. Hay que distinguir bien entre la
mamandurria y la inversión a futuro.
Esto no sólo ocurre en el cine. Por
desgracia, en España hay demasiados sectores subvencionados por el dinero del
estado español o de la Unión Europea, en definitiva, por los impuestos de todos
los contribuyentes y que sólo contribuye a un lamentable clientelismo arribista
y electoralista, de un lado o del otro. Hay otros caminos que contribuyen más eficazmente
al impulso de la industria del cine español, que es un pilar básico de la
cultura española y que proporciona miles de puestos de trabajo, como son los
incentivos fiscales y una financiación más accesible. Es algo esencial en
muchos sectores de la economía española. Hace pocas semanas lo planteaba para
otro sector clave como es el turismo. No hacen falta subvenciones, dinero
público de adjudicación burocrática complicada y de acceso privilegiado para
algunos; lo que hace falta son incentivos que respalden la actividad económica
con las iniciativas emprendedoras bien planteadas y encauzadas.
Nos puede
gustar más o menos la Gala de entrega de los premios Goya, pensar que la fiesta
del cine no tiene que ser una crítica constante al Gobierno del PP de turno,
pero lo que es inherente a la cultura es la vida misma y todos sus avatares que
se cuentan en las películas. El problema está en la España subvencionada, sea
lo que sea.
Periodista. Director de 'Atalayar, entre dos orillas'. Colaborador en diversos medios como Punto Radio, Onda Cero, COPE, El Independiente y Colpisa. Colaboro en COPE, Colpisa, TVE, RNE y Diariocritico. Es autor de libros como 'Casco azul soldado español' o 'Misión: Líbano'. También fue director de los estudios 'Cómo informar sobre infancia y violencia' y 'Cómo informar sobre violencia contra la mujer en las relaciones de pareja' en colaboración con el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.
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