La solidaridad, hoy día, es algo extraño. Hasta hace poco era la ayuda de cualquiera por cualquiera, sin preguntas. Hoy la solidaridad tiene pedigrí, es aristocrática y no ayuda a cualquiera, depende del número de followers. Y hay ejemplos.
En Ucrania llevamos 50.000 civiles muertos. En Siria contamos más de 240.000 civiles muertos. En Yemen, 400.000 muertos civiles. En Etiopía llevamos 600.000 muertos civiles. En Congo (28 años de conflicto) 6.000.000 civiles muertos (¿Les suena la cifra?) ¿Dónde están las palabras altisonantes de Sánchez, por qué Belarra calla ante todos estos latrocinios, por qué Díaz no suelta alguna de sus fraseciñas lacrimógenas y por qué los flotipijos rubios y blanquitos no montan un convoy de camellos por el desierto?
En 2024 se registró el mayor número de conflictos armados abiertos desde 1945. En abril 2025, el número de desplazados en el mundo fue de 125 millones de personas, así que el cómputo es de 7.290.000 civiles muertos y 125.000.000 de desplazados por conflictos inventados por sus gobernantes y olvidados por la mayoría porque no salen en Instagram. Ni Sánchez ni flotipijas ni videos con batucadas lisérgicas, sólo el olvido.
El 40% de los cristianos de Asia sufre persecución extrema (en NorCorea se ha encarcelado a 60.000 cristianos desde 2024 sólo por serlo), los inmigrantes en los ghettos de las grandes ciudades europeas son excluidos y acosados y a los flotipijos los han detenido, sniff, los han metido en una celda, sniff, y los han despertado a mitad de noche, torturas exactamente comparables a las de los 7 millones de muertos y los 125 millones de desplazados. El nivel promedio de agresividad mundial ha subido considerablemente y los flotipijos han hecho buena parte del trabajo, por estupidez, claro.
En occidente, de manera amplia, nos han ido subdividiendo y etiquetando en grupos cada vez más pequeños y absurdos hasta generar casi tantas tribus como individuos y elevando el nivel de conflictividad general. A la capacidad de los políticos de enfrentarnos por cualquier nimiedad se suma la necedad ambiental y la incapacidad social de aceptar algo tan simple y tan boomer como el Vive y deja vivir de los 80/90.
El bullying en las escuelas ha alcanzado este siglo unos niveles nunca antes vistos y es un claro reflejo de lo que ven en la sociedad adulta. Cada día 11 personas se suicidan en España y el suicidio es hoy la principal causa de muerte entre los jóvenes de 10 a 29 años. ¿Dónde están Sánchez, Belarra, Feijoo, Ayuso, los bildutarras o Rufián y sus indepes?
Y para rematarlo, la famosa flotilla no llevaba ni diez kilos de ayuda humanitaria según publican la BBC y Newtral. De hecho, los flotilleros, comandados por la pija que revende ropa de segunda reetiquetada, han hecho circular un video con la ayuda humanitaria que “llevaban” que el propio Newtral ha dejado en evidencia porque son imágenes ajenas a la flotilla y anteriores al 31 de agosto en que los pijos iniciaron su crucero. De hecho, añade Newtral, en las cajas se ve el logo de GHF (Gaza Humanitarian Foundation), una ong estadounidense que llegó a Gaza el 26 de junio, dos meses antes de que su rave marinera partiera de los puertos deportivos de Niza, Barcelona y Portofino. Seguramente esto explica las reiteradas negativas de los flotilleros a ceder la ayuda a las instituciones autorizadas (Cruz Roja, Media Luna Roja, Médicos sin Fronteras): no había ayuda que ceder ni ganas de ayudar, sólo de armar el taco.
Si los políticos y gobernantes mediocres escuchan cualquier ocurrencia civil, por idiota que sea, con suficientes likes, su apoyo está garantizado. Y si encima pones un barco de guerra para protegerlos durante el trayecto, en donde no hay peligro, rajarse al llegar a la zona de conflicto (lógico: el de Moncloa no va a iniciar la 3ª GM el solito) es hacer el paripé más ridículo, tirar el dinero de los ciudadanos y escupir a la cara de Ángela Agudo, que hace poco ha abierto un ojo tras un año en estado vegetativo, a la que Sánchez no quiso enviar en 2024 un avión medicalizado para traerla a casa desde Tailandia porque era muy caro y tuvo que fletarlo la familia con un crowdfunding. Es curioso: si Agudo hubiera sido tiktoker e influencer, Sánchez se habría dejado el culo por traerla y hacerse la foto junto a la camilla.