www.diariocritico.com

El adiós de Ángel Acebes

martes 06 de mayo de 2008, 07:48h
Fueron personas bien próximas al ex presidente Aznar las que ya dos meses antes de las elecciones auguraron que si “las perdemos, la derrota se lleva por delante a toda una generación”. Y parece que así está siendo. Unos se van y otros parecen desaparecidos. El último en decir adiós ha sido Ángel Acebes, persona muy querida en el seno del Partido y que si por algo se ha caracterizado ha sido por su lealtad, su discreción y su trabajo callado que es lo que ha permitido que el PP llegará a donde ha llegado cuando hace apenas cuatro años tenia todas las papeletas para una ruptura en toda regla.

En su secreto solo estaba su mujer. La decisión la comenzó a barruntar el mismo día 9. Salió al balcón de Génova diciéndose a sí mismo “ésta es la última”. A partir de ahí acudió puntual a su despacho y  comenzó a preparar el Congreso de Valencia. Este trabajo le dejó el suficiente tiempo libre para hablar con muchas gentes, entre otros otros Rodrigo Rato con quien ha mantenido más de un almuerzo. Uno de ellos público, pero antes ha habido encuentros de fines de semana. En ellos, el siempre discreto Acebes, no siempre fue capaz de disimular su preocupación por la situación del partido y por los derroteros que este iba tomando. Se ha ido ahora parta quitarse de en medio, para que se visualice que él no está “en toda esta movida” que, ciertamente, no le gusta.

Muchas de estas impresiones se las ha trasladado a Mariano Rajoy en las tres o cuatro conversaciones han mantenido a lo largo d las últimas semanas. Ninguna de ellas fue especialmente largas. Se conocen bien y ninguno de los dos son amigos de grandes parrafadas. Acebes se daba por amortizado y Rajoy no le dio pie a que lo dudara puesto que él no iba, en ningún caso, a ser secretario general después del Congreso de Valencia. Con medias palabras se habló de la posibilidad de ir a las europeas como candidato y también de formar parte de la mesa del Congreso. Pero Acebes declinó ambas sugerencias porque estaba en otra onda y porque, además, no ha querido formar parte de lo que quizás hubiera podido suponer una coartada. No ha querido formar parte de ninguna “cuota”.

Acebes ha cuidado las formas más que Zaplana. No fue de sopetón, Eduardo Zaplana comunicó a Rajoy su marcha apenas un día antes de que lo hiciera público y cuando ya Soraya Sáenz de Santamaría había trasladado al presidente del partido su propuesta de que Zaplana fuera presidente de una comisión  lo que le permitía tener un status que “lo merecía”. De momento Ángel Acebes no abandona su escaño, al menos hasta después del Congreso pero de su nota se desprende que su futuro no lo tiene cerrado. En todo caso y en contra de lo que se ha dicho Acebes “no molestaba” a Rajoy quien siente por el todavía secretario general un sincero aprecio y un claro reconocimiento a su gestión.

Pero las elecciones se han perdido y una generación se ha ido, se está yendo por delante. Rajoy no les ha acompañado y si ha optado por tutelar la que puede ser “segunda transición” del PP. La partida de Rajoy no ha acabado. Lo hará en Valencia, cuando presente a quines vana ser la nueva dirección. Pío García-Escudero y Esteban González Pons estarán en ella, además de alguna otra cara ya conocida. Rajoy quiere que “seniors” y “juniors” se sientan representados. “Mariano no es un aventurero”, sentencian sus más cercanos sabedores que renovación, si pero tensar la cuerda demasiado, no.

Y si alguien está deseando que esto ocurra es Soraya Sáenz de Santamaría que hasta el momento es la única cara reconocible del nuevo PP. Ella y su entorno más próximo están deseando que se cierre el círculo. “Nosotros no somos Génova”, dice una y otra vez. La portavoz quiere jugar en el Parlamento. Ese es su terreno de actuación  pero para que esto se visualice urgen la organización definitiva del partido que, con toda seguridad, tendrá un portavoz que será el encargado de dar la batalla política fuera de la Carrera de de San Jerónimo que es, por otra parte, la que llega al gran público. Muchas papeletas tiene para este cargo el valenciano Esteban González Pons, dejando parta el secretario general las labores internas.

Desde una cierta distancia José María Aznar es el espectador privilegiado de toda esta aventura. Tiene información directa y habla con mucha gente. Lo que no va a hacer Aznar es bendecir ningún “movimiento”; es decir, nada de recibir en bloque a los “seniors” descontentos. Nada de comanditas conjuntas con Cascos y Mayor Oreja, nada en fin que pueda dar pie a pensar que él capitanea o alienta estrategias que no pasen por la ortodoxia que en este momento representa Mariano Rajoy. Aznar no puede olvidar que él le eligió.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios