Junto a propuestas ya avanzadas semanas atrás como la obligatoriedad de consultar a la militancia los pactos de gobierno para que las decisiones se tomen de “abajo-arriba”, Sánchez ha incluido una modificación explícita para la comisión gestora, organismo que le sustituyó funcionalmente al frente del partido y ordenó facilitar la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.
“En esta perspectiva democratizadora, se tasará la constitución de todas las comisiones gestoras que, en cualquier caso, no deberán prolongar su mandato más allá de noventa días”, propone el documento.
La gestora es criticada abiertamente en el texto. "Los acontecimientos que culminaron en las reuniones del Comité Federal de octubre de 2016, y la extralimitación en sus funciones de una Gestora nombrada y mandatada de un modo que no se corresponde ni con las reglas, ni con la cultura socialista, ni con los criterios democráticos básicos habituales, han agravado una crisis interna que hay que cerrar cuanto antes, apostando por la integración real del partido en la única manera en la que resulta factible y eficaz, es decir, contando con los militantes y restituyendo su papel central", sostiene.
Además, sugiere indirectamente que "ante las pretensiones de aquellos que quieren una democracia limitada, secuestrada por los intereses y los privilegios de una minoría, el PSOE tiene que comprometerse firmemente en la progresiva y efectiva socialización del poder, apoyándose en una democracia más plena y participativa".
Las alusiones a la crisis interna que vive el PSOE son continuas, si bien el documento se presenta como base para “la reconstrucción de la unidad y la cohesión de los socialistas”. "Es primordial que el PSOE no proyecte la imagen de una organización que sufre divisiones internas, sino que aparezca ante la opinión pública como un partido unido y cohesionado", añade.
"Ahora estamos también al final de un ciclo político, del que el PSOE ha salido con heridas y desgastes. Pero también estamos ante la posibilidad de emprender una nueva etapa, que evite que determinadas dolencias políticas se conviertan en crónicas", concluye.
Sánchez propugna aumentar el número de militantes y simpatizantes –para los que se crearía un registro electrónico y se abonaría una cantidad simbólica a modo de inscripción-, que podrían participar y votar en la selección de candidatos para las diferentes instituciones "a todos los niveles" con primarias abiertas para las poblaciones de más de 10.000 habitantes, garantizando la paridad y las listas cremallera de las candidaturas.
Además, invita a "seguir avanzando en el principio de un militante, un cargo" y a observar un código ético riguroso. En este sentido, apuesta porque el Comité de ética y garantías del PSOE -departamento que también estuvo bajo el foco tras la dimisión de Sánchez- esté formado por militantes elegidos que reúnan los "requisitos de capacidad e independencia de las Comisiones Ejecutivas".