El tribunal alemán, equivalente a una audiencia provincial en España, ya se negó en un primer momento a la extradición por rebelión y las Fiscalías de ambos países trabajaron conjuntamente para reforzar la solicitud de extradición. Sin embargo, la Audiencia de Schweslig Holstein sigue manteniendo firme su postura: no cabe imputar el delito de rebelión por el procés soberanista a Puigdemont.
Ahora depende de que la Fiscalía General alemana firme la decisión y de que el propio ex president no recurra a una instancia superior para tratar de librarse también de la imputación por malversación. Un extremo este último que ya ha sido anunciado por el equipo de Puigdemont.
Este conflicto jurídico internacional se cruza con la petición del presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, al Gobierno para que interceda con el Gobierno de Bélgica para que el juez Llarena no tenga que comparecer ante un tribunal por la demanda de varios ex dirigentes independentistas.
Además, de forma paralela, la Mesa del Parlament estudian si aplicar o no la suspensión a Puigdemont y otros 5 diputados independentistas ordenada por el juez Pablo Llarena.