El doble atentado en los accesos al aeropuerto de Kabul la pasada tarde del jueves ha dejado al menos 110 muertos y 140 heridos, según los últimos balances. Un ataque suicida que ha sido reivindicado por el Estado Islámico del Jorasán, la rama afgana del Estado Islámico.
Desde el Pentágono han confirmado que el ataque ha sido un doble atentado suicida seguidos de varios tiroteos. Pese a lo ocurrido, el jefe del Comando Central de EEUU, Kenneth McKenzie, ha informado que continuarán con la misión establecida.
Poco tiempo después de este anuncio, el Estado Islámico del Jorasán, la facción afgana del ISIS, reivindicaba la autoría del atentado a través de varios de sus medios de comunicación afines.
Este grupo terrorista se creó en 2015, en pleno auge del califato islámico. Esta facción yihadista es enemiga declarada tanto de Estados Unidos como de los talibanes. De hecho, este último ataque ha sido condenado por el régimen talibán de Kabul, aunque han reprochado a Estados Unidos que haya ocurrido ya que esgrimen que la seguridad de dicha zona (el aeropuerto y sus accesos) era su responsabilidad.
El riesgo de atentado era alto, así lo advirtieron horas antes los servicios de inteligencia estadounidenses y británicos, por lo que se comenzó a agilizar las evacuaciones y la retirada del personal para cumplir con el plazo exigido por los talibanes de que las tropas extranjeras abandonen Afganistán, que vence el próximo día 31.