Dos Bombazos

De muy distinta naturaleza, obviamente, pero en la jornada de ayer se produjeron dos 'bombazos informativos' de muy elevada temperatura ambos: el atentado de ETA en la Universidad de Navarra, y la rectificación de la Casa Real a las palabras de la Reina sobre los matrimonios homosexuales. Insisto, nada que ver, ciertamente, pero ambos han forzado la atención  general, por sus implicaciones y trascendencia en sí mismos.

El primero, en el tiempo, a las once de la mañana, cogía desprevenidos a estudiantes, profesores y funcionarios de la Universidad de Navarra, una de las más significadas y destacadas de la Nación. La banda terrorista ETA pudo haber causado una verdadera tragedia de grandes dimensiones, en su juego macabro de "avisar pero no del todo, no con todos los datos", para que las fuerzas de seguridad del Estado perdieran el tiempo buscando en qué Universidad pudiera haber sido ocultado ese artefacto explosivo que, finalmente, estalló en Navarra. Por fortuna, la explosión no llegó a causar víctimas mortales, aunque sí provocó que una veintena de alumnos y profesores tuvieran que acudir a los servicios sanitarios del hospital de la propia Universidad.

¿A qué 'juega'  ETA? Unos recordarán que, ni más ni menos, que a lo de siempre: a demostrar que siguen siendo "alguien" a quien hay que temer y que puede llegar a provocar pánico y terror. Otros recordarán que acaba de ser desarticulado un comando etarra llamado precisamente Comando Nafarroa, y que una y otra vez es desarticulado y renace en ese territorio que los radicales reclaman como parte de la Eskal Herria del norte de España y sur de Francia.

El otro bombazo, éste plenamente informativo y de opinión, es el que provocaban este jueves las declaraciones de la Reina doña Sofía, recogidas en el libro de Pilar Urbano. Sus opiniones sobre los matrimonios homosexuales, puestos en entredicho en su denominación por la Reina, exigían, finalmente, y después de una intensa controversia, que la Casa del Rey puntualizara: son declaraciones a título personal, no recogidas con el detalle suficiente, venía a decir la nota de la Casa Real, que la propia autora insistía en rechazar a continuación.

Lo que, en todo caso, es evidente, es que la habitualmente prudente Reina doña Sofía, en esta ocasión se había saltado esa "prudencia de Estado" que se le viene requiriendo y reclamando a la Casa Real y a cada uno de sus miembros, y que, con igual determinación, alguien convencía a la Casa Real a que no podía expresar una opinión que contradijera una decisión adoptada por las Cámaras parlamentarias y que está en vigor tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado. ¿Qué piensan, en realidad, los Reyes, o más concretamente la Reina? Pues es muy probable que lo que el libro recoge. Pero no es ése, no puede ser, el pensamiento 'oficial' de la Jefatura del Estado.

Lamentablemente, las declaraciones del setenta aniversario de doña Sofía han tenido este borrón del "donde dije digo, digo Diego".  Muchos en la derecha pudieron haber celebrado el testimonio 'original'  de la Reina, y muchos otros habrán aplaudido la rectificación inevitable... ¿Tiene coste final este otro bombazo del jueves, 30, víspera de Halloween? La erosión de la Casa Real no es escaso coste. Es un intangible con alto riesgo...