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En la ‘cumbre’ de El Salvador, poco ruido y menos nueces.

En la ‘cumbre’ de El Salvador, poco ruido y menos nueces.

jueves 06 de noviembre de 2008, 14:08h

¿Qué ha salido, en concreto, de la cumbre iberoamericana de El Salvador? Poco ruido –no mucho impacto mediático, es la verdad—y menos nueces. Lo cierto es que no parece que haya salido mucho, al margen del apoyo de los ‘emergentes’ que estarán representados en la próxima cumbre de Washington, impulsando la presencia de Zapatero en la capital estadounidense. Pero la impresión sigue siendo la de que no hay ni mucho menos una sola voz en América Latina (menos aún en el conjunto de Iberoamérica) de cara a la crisis económica, que afecta a los distintos países del continente de manera muy dispar. Para no hablar de las crecientes distancias políticas, obligadas por las peculiares posiciones de un Chávez, un Morales, un Correa…o una Cristina Fernández de Kirchner, por poner solamente los ejemplos más notorios.

 

 

 

Aparentemente, los mandatarios reunidos a finales de esta semana en San Salvador han sido incapaces de transmitir resultados sensibles, avances significativos, importantes, de este decimooctava reunión iberoamericana, un acontecimiento pagado mayoritariamente por España y que, en teoría, a España primordialmente le interesa. Una especie de ‘Commonwealth a la iberoamericana’ que nunca ha llegado a funcionar como tal y que, crecientemente, provoca disgustos al gobierno español de turno: esta vez, además de los desplantes de Chávez, de la dureza del discurso contra el ‘imperialismo español’ del boliviano Morales, de las malas noticias para Repsol propiciadas por el ecuatoriano Correa, han sido perceptibles ciertas actitudes distantes de la argentina Cristina Fernández, la hostilidad ya tradicional del nicaragüense Ortega, las divergencias aparentemente insalvables entre algunas naciones vecinas…

 

 

 

En fin, que menos mal que se constata que la crisis económica no golpea a la sufrida América Latina tan fuertemente como a la próspera Europa o a los Estados Unidos. Y eso que el crecimiento latinoamericano estaba situándose, globalmente, en un cinco por ciento anual, que la inflación estaba decreciendo y que los índices de paro no estaban siendo, en algunos países, tan terroríficos como hace una década.  Pero la verdad es, como se constata en algunos informes especializados, que el crecimiento se ralentiza, que la inflación corre el riesgo de volver por sus fueros, que el paro puede dispararse de nuevo. Lo dijeron algunos líderes en El Salvador, lo constataron los dirigentes sociales que ‘chateaban’ en un ‘campus party’ en la capital salvadoreña, y hasta el secretario general de la Secretaría General Iberoamericana, con sede en Madrid, el prestigioso uruguayo Enrique Iglesias, tuvo que dejar constancia de que la angustia por la marcha de la economía taponaba los eslóganes oficiales ‘Juventud y Desarrollo’ que convocaban esta XVIII reunión iberoamericana; todos miraban, esta vez y de nuevo, hacia otras cuestiones más candentes.

 

 

 

--Crecientes diferencias--

 

 

 

De hecho, los dos gigantes de la zona, Brasil y México, han comenzado a sentir las mordeduras del decrecimiento (que no aún de la recesión) y ambos encaran el año 2009 con la misma aprensión, o parecida, que sus colegas occidentales. Algo de esto van a decir, al unísono, en Washington a mediados de este mes. Y eso que la reserva federal norteamericana ha llegado a un acuerdo para dotar de fondos a los bancos centrales de los dos estados latinoamericanos, una buena noticia –junto con la del préstamo de 250.000 millones de dólares del FMI-- que Lula y Felipe Calderón se llevan en el bolsillo a la ‘cumbre’ convocada por Bush para el día 15.

 

 

 

Algo que ha quedado constatado en El Salvador es la creciente diferencia entre los países latinoamericanos: mientras Brasil, México o Colombia pedalean en cabeza, e incluso Perú, pese a sus dificultades políticas –el primer ministro acaba de ser cesado y relevado por presunta corrupción--, y Chile (con alarmantes bajadas en la Bolsa) encaran perspectivas favorables, en otras naciones, señaladamente Bolivia, Ecuador, varios centroamericanos o Paraguay, las perspectivas siguen siendo negras. En Argentina, la decisión de la presidenta de nacionalizar las pensiones ha colocado financieramente al país en una situación complicada, en la que nadie quiere prestarle dinero. Ni siquiera la derrochadora Venezuela de Hugo Chávez, como señalaba este domingo un informe del diario El País.

 

 

 

Pero, obviamente, ni la situación crediticia, ni la derivada de la crisis de exportaciones de materias primas, ni la alarma de algunos inversores (sobre todo españoles) ante una cierta sensación de inseguridad jurídica que transmiten ciertos gobiernos latinoamericanos (Argentina Ecuador, Bolivia, Venezuela) han sido cuestiones tratadas a fondo en una reunión como la salvadoreña, que pretendía generar una sensación de unidad evitando, por tanto, cualquier asunto espinoso. Y eso que las empresas del Ibex español (las mayores en Bolsa) tienen un 25 por ciento de sus ventas comprometidas en Latinoamérica. Lo que no es poco, precisamente: un hundimiento de los mercados latinoamericanos conduciría la economía española directamente al caos. ¿Habrá alguna vez alguna ‘cumbre’ que entre directamente en la cuestión?

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