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Festín de libros

Festín de libros

jueves 06 de noviembre de 2008, 16:17h
Es reconfortante encontrarse con miles de libros en un extenso lugar en el que sólo hay volúmenes que lucen portadas multicolores y que responden a todas las disciplinas de la cultura y el conocimiento. Es una tradición honrosa de Chile que llega con la primavera y que transforma a la Estación Mapocho en una gran vitrina de los más nobles materiales concebidos por el hombre. Desde el viernes 31 de octubre y hasta el próximo 16 de noviembre, la 28 Feria Internacional del Libro de Santiago convoca a ilustres figuras de la creación literaria y también de las artes plásticas, la música, el cine, la danza. Discuten y discrepan en foros abiertos, abren un diálogo necesario que el público acoge con interés.

Recorrimos los largos pabellones de la Feria, atestados de un público curioso y tal vez en busca de algún volumen que nos recomendó un amigo. Ese mismo público sigue con interés el programa que día a día anuncia la feria como su eje animador. La gente busca las salas Camilo Mori, Acario Cotapos, Pedro Prado, Joaquín Edwards Bello, Pedro de la Barra, que funcionan simultáneamente siempre con alguna atracción bien acogida. Por la tarde la amplia sala de las artes se repleta de visitantes que asisten a conciertos, representaciones teatrales, debates o encuentros con famosos autores. Ahora tienen ocasión de establecer contacto directo con el novelista peruano Alfredo Brice Echeñique y el poeta Antonio Cisneros, gran figura de la poesía continental. Colombia es el país invitado de honor y la feria fue invadida por el color, la alegría y la música del Carnaval de Barranquilla. Asimismo, se despliega una magnífica exposición de homenaje a Gabriel García Márquez. Su novela “Cien años de soledad” es objeto de representaciones, lecturas dramatizadas y enfoques críticos, que son parte del programa diario del evento. Una representación de los escritores colombianos anota la presencia en la feria de figuras de gran relieve de la actual generación como Gustavo Bolívar Moreno, Rómulo Bustos Aguirre, Gonzalo Mallarino, Lucía Estrada, Luis Eladio Pérez, Fernando Herrera Gómez y Williams Ospina.

La Cámara Chilena del Libro, que organiza el evento, invita en cada ocasión a una región de Chile. Le correspondió ahora a Bío-Bío, que presentó a la Orquesta Sinfónica Infantil Bicentenario de Curanilahue, un homenaje a Violeta Parra a cargo de las voces mejores del canto popular de la región. También mostró al novedoso teatro “Oráculo” que tiene vínculos con la danza y las tradiciones teatrales de otros espacios culturales. Se contempla, también, un homenaje a la literatura de Manuel Rojas en la que intervendrá el escritor José Miguel Varas en una velada organizada por LOM ediciones, editora en los últimos años de varias obras maestras de Rojas.

Las novedades presentadas por conocidos autores nacionales son varias e importantes. Así el desenfadado Pedro Lemebel da a conocer un conjunto de crónicas con el título de “Serenata cafiola”, cuyo fondo son melodías de otros tiempos muy conocidas. Roberto Ampuero lanzó oficialmente su novela “El caso Neruda”. El nuevo título de Hernán Rivera Letelier llamado “Mi nombre es Malarrosa” continúa su valiosa bibliografía. También el escritor y cineasta Alberto Fuguet da a conocer su último libro, una especie de autobiografía de Andrés Caicedo.

Vale destinar algunas horas para ver y disfrutar de lo que ofrece la 28 Feria del Libro. Estamos seguros que es un buen ejercicio para despertar nuestra curiosidad o el amor por los libros que no debemos dejar morir.

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Luis Alberto Mansilla
Periodista
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