Homo Anuntis Legalitas Sum

Hace dos meses tocó titular -mi artículo- en Madridiario “Homo Anuntis Indigno Est”. Y ocho semanas después toca recuperar el hilo, aunque sea para darle alguna patada que otra al diccionario Latín-Castellano: Homo Anuntis Legalitas Sum.

A Gallardón no le gusta nada recular. Aunque a lo largo de su carrera le haya tocado en no pocas ocasiones. El lío que se montó en su día con lo de los hombres-anuncio ha forzado la situación. Le suponía incluso un nuevo frente abierto con la Comunidad – como si no tuviera ya bastantes – y parecía que se podía quedar en algo anecdócito. De hecho, la manera de anunciar la rectificación ha sido de lo más curioso: ha sido en respuesta a un regalo navideño de la clase periodista local, nunca con espíritu pelotillero, siempre con ganas de tocar ligeramente las narices. La canallesca madrileña le regaló un cartelón de su talla con el lema de los compradores de oro. Y la verdad es que lo recibió de buen grado, con sonrisa y todo, y con noticia: anuncio que lo del anuncio se retira.

Me comentaba un amigo, que si llega a saber que el regalo al alcalde iba a dar este efecto, se podría haber probado con otras cosas. Por ejemplo: haberle llevado un recibo del IBI para ver si lo bajaba a todos los madrileños. Haberle llevado un cubo de basura para ver si se replanteaba la tasa de recogida de residudos. O haberle llevado un radar de tráfico para ver si quitaba alguno de la M30. Pero estas dudas, ya nunca tendrán respuesta.

A la duda que me planteaba en octubre de ‘¿cuántas profesiones indignas hay en Madrid?’ nadie ha sabido responderme. Pero como se montó el lío, mejor recular. Pues nada. Monten lío, que algo queda.