www.diariocritico.com
El recambio imposible

El recambio imposible

lunes 22 de diciembre de 2008, 18:47h
Durante estas fechas prenavideñas flotó en el ambiente el sueño de un cambio de gobierno que el propio presidente Zapatero se vio obligado a desmentir. Se especuló con la salida del vicepresidente económico, el fatigado crónico Solbes, del inoperante ministro de Exteriores y de la catastrófica ministra de Fomento. Nadie parecía considerar que este trío, reconfirmado hace poco más de un semestre por Zapatero, era la esencia y presencia misma del zapaterismo y no una pieza recambiable. Sin la dirección vacilante e ineficaz de la crisis económica, España reducida internacionalmente a un nivel residual y la subordinación de las obras públicas a criterios electorales o caprichosos, el zapaterismo no sería lo que es. Un gobierno sin estos tres pilares sería algo difícilmente dirigido por el mismo presidente ya que el resto de acompañantes ministeriales carecen de definición propia, con sus competencias devaluadas y sus titulares elegidos para rellenar cuotas de género o burocratizar vaguedades. Igual podían estar que no estar, pero los tres superministerios significaban más que un cambio la confesión de fracaso del propio Zapatero.

La alucinación del cambio de gobierno proviene de quienes, ingenuamente, quieren creer que otro Zapatero es posible antes que deleznable. Pero quienes soñaban no sabían quiénes podrían ser ni de dónde saldrían los sustitutos de importancia capaces de comprometerse en el curso de la crisis en marcha. En el círculo de confianza de Zapatero no existe nadie con crédito suficiente para no acumular decepción sobre decepción y fuera de este círculo no es fácil imaginar a Zapatero recurriendo a un gobierno de coalición o a comprometer en su destino a políticos o economistas con futuro.

Zapatero es un estilo de improvisar, de contradecirse, de desarrollar una gestión insolvente y un ejercicio personalista de poder que no admite colaboraciones de peso. Es como las lentejas, si quieres la comes y si no las dejas. Pierdan toda esperanza quienes quisieran que las cosas fueran mejor con el mismo patrón. Se puede imaginar cualquier horizonte: adelanto electoral, revueltas en el interior de la izquierda, coaliciones de fuerzas políticas dispuestas a sacrificar futuros a cambio de ventajas presentes. Todo cabe en la imaginación menos que Zapatero cambie, de verdad, de estilo de gobierno. La fórmula primigenia es la que es y lo seguirá siendo hasta cuando los ciudadanos puedan confiar en que otra manera de gobernar sea posible.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios