Manuel Antonio Noriega es el único prisionero de guerra que tiene Estados Unidos en su territorio, y recibe visitas anuales de la Cruz Roja, puede lucir su uniforme y sus insignias cuando va a los tribunales, y es visitado frecuentemente por su esposa e hijas, en una especie de residencia privada en la cárcel del condado de Miami.
El ex dictador panameño, conocido en la prisión como el reo 38699-079, es un polémico ex agente de la CIA acusado de narcotráfico y lavado de dinero, a quien le gusta saber todo lo que está sucediendo en el mundo y se devora libros de historia y de política mientras escribe sus memorias. El final de su odisea dependerá de lo que dispongan los tribunales de tres países y dos continentes: Estados Unidos, Francia y Panamá.
Noriega todavía tiene pendientes acusaciones de narcotráfico, por lo que no sabe si recuperará la libertad, si podrá regresar a su país o será extraditado a Francia.El dictador ya completó su condena por buena conducta, tras 17 años de prisión.Entonces pensó que regresaría a Panamá, pero las autoridades estadounidenses enfriaron su alegría cuando anunciaron que podía ser extraditado a Francia, que lo quiere juzgar por lavado de dinero.
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