La posición del alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, y del secretario general de la ONU, António Guterres, ha sido clara desde el principio sobre el conflicto israelí-palestino. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en cambio, continúa con su doble juego dialectico pero en las últimas horas ha dado luz verde a una noticia insólita hasta el momento, ha parado el envío de miles de bombas a Israel después de la ofensiva en Rafah.
Por primera vez en este asedio que se prolonga ya por más de medio año, Estados Unidos ha cerrado el grifo de la munición a Israel, algo que no solo es un gesto simbólico en lo político, que evidencia las malas relaciones de Biden con Netanyahu, sino también en el campo de batalla porque la munición que la Casa Blanca ha racionado en estos momentos a Tel Aviv es la que más usan los israelíes para derruir edificios enteros.
Los detalles de esta suspensión de suministros los ha dado en un primer momento el periódico 'The Washington Post' que señala que entre las miles de armas que EEUU ha dejado de mandar están las famosas MK84, mejor conocidas como bombas de las 2.000 libras. Una información que horas después ha corroborado el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, durante una comparecencia en el Senado estadounidense.
"Hemos sido muy claros desde el principio en que Israel no debería lanzar un ataque importante contra Rafah sin tener en cuenta y proteger a los civiles que se encuentran en ese espacio de batalla. Y nuevamente, a medida que hemos evaluado la situación, hemos detenido un envío de municiones de alta carga útil. [...] No hemos tomado una decisión final sobre cómo proceder con ese envío", ha manifestado.
Un alto funcionario de la Casa Blanca ha dicho, antes de las palabras de Austin, que están "muy preocupados" sobre su uso final y el impacto que podrían ocasionar en entornos urbanos densos, como hemos visto en otras partes de Gaza.
El envío aplazado la semana pasada llevaba 1.800 de las bombas más destructivas, de las más pesadas, y 1.700 proyectiles de 500 libras y, según el Washington Post, esta medida de presión de Biden a Netanyahu también llevará a la revisión de otras transferencias planificadas que incluyen otras 6.500 municiones, sobre las que todavía no se ha decidido si se van a enviar o no a corto plazo.
Este paso sin precedentes está relacionado con la decisión de Israel de meterse en Rafah a pesar de las reiteradas advertencias en contra de la Casa Blanca. Las tropas de Netanyahu dependen de los suministros norteamericanos más que de los de Alemania y otros vendedores así que veremos cuánto tiempo mantiene su decisión Biden.
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