Luis Eduardo Zabala López y Vicente Rochas Rojas, quienes aparecen en el informe final de Unasur como dos de los 22 fallecidos en la "masacre" del 11 de septiembre pasado, desmintieron los datos publicados por el informe desde la ciudad brasileña de Brasilea, donde ambos están refugiados desde aquel suceso.
"Nosotros gracias a Dios estamos vivos (...) Es lamentable. El informe es completamente falso", afirmó Zabala en declaraciones a la televisión boliviana PAT.
"Quiero decirle al país entero que estoy vivo y denunciar esta injusticia" de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), replicó Rochas.
El primero aparece en la lista de fallecidos del informe con un certificado de defunción de un centro de salud, mientras que el segundo lo hace por una certificación en el cuaderno de denuncias y querellas.
El documento final de la comisión de Unasur, dirigida por el argentino Rodolfo Mattarollo, reportó 22 muertes, 20 de campesinos oficialistas, y dos afines al sector autonomista, mientras que el Defensor del Pueblo de Bolivia contabilizó 19 fallecidos.
Por su parte, la comisión del Congreso boliviano que investiga este enfrentamiento pudo corroborar 13 muertes en aquel suceso, confirmó a Efe uno de los diputados de la delegación en función a los certificados forenses de defunción, aunque el informe final aún no ha sido presentado.
En declaraciones al diario paceño La Razón, Mattarollo dijo desconocer que estas dos personas estuvieran con vida y se limitó a decir que las fuentes de las defunciones están en el informe de la comisión que se hizo público el pasado 3 de septiembre cuando fue presentado al presidente Evo Morales.
Antes de enumerar a las personas fallecidas y los casos especiales de carácter dudoso, el informe advierte que dicho listado "debe considerarse sujeto a futura corroboración" ya que las "fuentes de información son múltiples y en muchos casos deficientes en cuanto a su veracidad".
Asimismo indica que la documentación médica a la que tuvo acceso la comisión resultó "contradictoria en varios casos".
El informe de 60 páginas es fruto de una investigación llevada a cabo por Unasur, tras los violentos sucesos registrados en la región amazónica de Pando el 11 de septiembre, durante una ola de protestas opositoras.
El documento, que fue muy cuestionado por la oposición boliviana por su supuesta "parcialidad", concluye que en esa región amazónica hubo una masacre "planificada" de veinte campesinos, seguidores del presidente boliviano, Evo Morales, y un crimen de "lesa humanidad". (EFE)
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