Luego de su primera presentación a la prensa hubo varias voces que expresaron sus dudas sobre "la masificación" de una disciplina clásica o el interés real que pueda crear entre audiencias presumiblemente ajenas a la música clásica.
"Aquí estoy yo, hijo de 'El Sistema', ese programa que yo diría que no es solo lo más importante que pasó en Venezuela o que está pasando aquí, (sino que) es algo que tiene una importancia y un potencial mundial", dijo Dudamel en la sede de la LAPhil, el Disney Concert Hall concebido por Frank Ghery, "Pancho", como lo llama ahora el músico.
"La música clásica quizás no cree músicos pero ayuda a los niños a salir adelante con otras sensibilidades", dijo el joven que, con la misma batuta con que expondrá su arte en la LAPhil, desea impulsar el programa social para que niños de barrios pobres atiendan clases de música clásica gratis.
"En diciembre un niño que empezó a principios de año en Los Angeles con clases de trompeta, me dijo que ahora su sueño es tocar con mariachis: ¡eso ya es fantástico!", dijo Dudamel sobre el programa lanzado en Los Angeles a imagen y semejanza del creado en Venezuela en 1975 y que goza de unos 200.000 alumnos.
Dudamel es hoy por hoy la cara visible de este programa, pero ¿hay más jóvenes que tuvieron esa oportunidadâ, se preguntaron varios periodistas, críticos musicales y algunas autoridades culturales de la ciudad.
Tras detallar con nombres y apellidos los puestos que ocupan algunos de sus compatriotas que viven de la música clásica en Alemania o Estados Unidos, Dudamel destaca a "la genial Gabriela Montero".
La pianista venezolana, "también hija de El Sistema", tocó el martes pasado en la ceremonia de investidura del presidente Barack Obama junto al chelista Yo-Yo Ma, el violinista Itzhak Perlman y el clarinetista Anthony McGill, bajo la dirección de John Williams.