Tengo una mentira para usted

No creo que Zapatero vuelva al programa de Milá. Alguien le aconsejó mal y pensó que con saberse el precio de un café era suficiente para triunfar ante unos ciudadanos no acostumbrados a estar en un plató de televisión y nada menos que ante un Presidente.  Alguien le debió decir “tranquilo jefe, esto es pan comido para ti”, pero los que estuvieron a punto de comérselo a él fueron los preguntones.

El vídeo del programa de ayer noche seguro que lo están analizado en este momento los expertos en lenguaje gestual para explicar luego a sus clientes cómo se delata con el cuerpo el que miente con la boca y el pensamiento.
Zapatero creyó que sólo le iban a preguntar de economía, de la crisis y de por qué no llega el dinero que se le ha dado a los bancos a los ciudadanos y empresarios que piden un crédito, pero se olvidó de que la gente tiene memoria y los ciudadanos del programa “Tengo una pregunta para usted” le pusieron contra las cuerdas, educadamente, en numerosas ocasiones.

La explicación que dio de por qué no se levantó ante la bandera del país de Obama, fue de aurora boreal y los rostros de incredulidad y casi cachondeo de algunos de los participantes en el programa eran indescriptibles.

Sus respuestas fueron defensivas, increíbles y falsas.

No sé con qué sensación salieron los ciudadanos elegidos para hacer de periodistas por una noche, pero mucho me malicio la que tuvieron los cientos de miles de espectadores que como yo vieron anoche esa exhibición de impudor.

Hasta ahora Zapatero ha utilizado a unos cuantos ministros y ministras inútiles que le sirven de parapeto frente a las críticas de la opinión pública, pero ayer estuvo solo ante el peligro y demostró que no es Gary Cooper.

Posiblemente esto no tenga ninguna consecuencia para su imagen ni para la intención de voto a favor de su partido. Ya sabemos que sarna con gusto no pica y en la sociedad española hay muchos aficionados a arrascarse, pero incluso los que le sigan apoyando, si ayer vieron el programa, comprobaron lo bien que miente su jefe.