Manabí no está en su ruta

A pesar de la declaratoria de emergencia, en Manabí no se avizora una solución al grave desabastecimiento de energía eléctrica que sufre esta provincia, en particular Portoviejo, su capital. Una verdadera tragedia que afecta directamente a un territorio de gran población y de vital  importancia económica para el país, y que dice a las claras que el afán centralizador del gobierno correísta comienza a pasar facturas negativas.

Los esfuerzos para restablecer el servicio de un grupo de profesionales, técnicos y trabajadores, no se ven respaldados por medidas enérgicas y eficientes de soporte desde el nivel central. Este duro golpe a la producción y los servicios, a la vida toda de los manabitas, también irradia hacia el resto del país. Más que de apagones, en esta provincia se producen “alumbrones” que suelen ser mucho más perjudiciales que beneficiosos.
 
Cuando nos dirigían contadores había allí una autonomía empresarial pronta a enfrentar con prontitud problemas como los que ahora se sufren.  La entrada de lleno en el nuevo proceso electoral y las desmedidas ambiciones de poder que marean a ciertos candidatos del oficialismo, no les permiten asumir sus verdaderas responsabilidades a quienes tienen el poder.

Es posible que todo cambie, cuando sus hacedores reparen  en el peso que el voto manabita tuvo, tiene y tendrá a la hora de las elecciones. Tal vez entonces se restablezca el servicio eléctrico, pero ¿volverán los manabitas a darles su confianza? Por el momento, la “revolución ciudadana”, que está en marcha, no tiene a Manabí en su ruta.