Las cajas, en entredicho

    No son sólo las peleas de los gobiernos autonómicos y locales por  su control. Ni tan siquiera es que las cantidades en mora, aglutinadas en los índices de morosidad, son superiores a las de los bancos. Ni tan siquiera estamos hablando de las polémicas reformas legales que se están llevando a cabo en torno a ellas.

   Ése no es el grave problema de fondo de las cajas de ahorro españolas. El grave problema es que muchas de ellas rozan la insolvencia y si no son intervenidas por el Banco de España es porque nadie se atreve a remover la mierda por el mal olor que echa. Las cajas, todas sí, incluidas las mas grandes, tiene problemas de solvencia. En la época de vacas gordas fueron las que pasaron de una política crediticia totalmente ortodoxa a permitirse las mayores alegrías. Y, claro está, su cartera de "activos tóxicos" es tan descomunal que, en algunos casos los presidentes de las entidades ya no saben dónde ocultarlos.

    Uno concretamente, muy ducho en materia de crisis porque vivió como diputado la experiencia de los problemas de Ibercorp y Banesto, se encuentra, ahora mismo, en una situación parecida en la que entonces se encontraron personas como Mariano Rubio o Mario Conde. Y Él, al otro lado de la trinchera, disparando a matar.

    Ahora le quieren matar a Él. Y están cerca de conseguirlo. Sólo le salva una cosa: la fusión con otra Caja. Por supuesto de otra Comunidad Autónoma. Pero eso es lo que menos importa a los socialistas que pueden verse salpicados por un nuevo escándalo financiero.

    La solución de la insolvencia de las cajas de ahorro españolas es eso mismo: fusionarse entre ellas. Las mas grandes, las que, con problemas de solvencia o no, salen del paso sea como sea,  se preparan para engullir el mejor bocado de la tarta a repartir. A otras no les queda mas remedio que aceptar las órdenes de sus jefes políticos y, a regañadientes, hacerse cargo del marrón.

    Pero es que no hay otra salida. El sistema financiero español, aún a pesar de lo que digan las autoridades, no es tan sólido como se dice.