Grupos de latinos de Denver comparten su comida con familias para aliviar el hambre que ya padecen

Grupos latinos de Denver reparten alimentos a familias de bajos recursos como respuesta a un aumento del más del 30 por ciento durante el último año del número de personas que no tienen qué comer.

"Habitualmente proveemos de comida sólo a familias latinas, porque son quienes vienen a buscar la ayuda. Pero esta semana hemos tenido ocho familias no hispanas en nuestro banco de comida", dijo a Efe Víctor Cabrera, pastor de la Iglesia del Nazareno en Commerce City (al norte de Denver).

Commerce City es una ciudad de casi 40.000 habitantes, con un 53 por ciento de población hispana. Según el censo, el 15 por ciento de las familias y el 20 por ciento de los residentes en esta localidad viven por debajo del nivel federal de pobreza.

"Antes venía una persona de la familia a buscar algo de comida como para completar lo que ellos ya tenían. Ahora vienen las familias enteras y a veces lo que comen aquí o es lo único que comen ese día o es lo más sano y nutritivo", comentó Cabrera.

La situación no ha pasado desapercibida para The Denver Foundation, la mayor organización benéfica de esta ciudad, que entre diciembre del 2008 y mediados de este mes otorgó casi 300.000 dólares en donaciones para 80 bancos de comida de la zona.

"La fundación activó el Fundo de Necesidades Críticas porque los bancos de comida locales han visto un dramático aumento en la necesidad de la población, a la vez que las donaciones se han mantenido iguales o han bajado", dijo a Efe Rebecca Arno, vicepresidente de comunicaciones de la fundación.

Según Arno, del 2007 al 2008 creció en un 31 por ciento la cantidad de personas que por primera vez buscan alimentos en un banco de comida. Pero, debido a la situación económica, esas organizaciones no cuentan con los recursos como para responder a la creciente demanda.

Por ejemplo, Denver Urban Ministries (en el centro de la ciudad) provee ahora de comida a 1.100 familias por mes, mientras que en el mismo mes del 2008 sólo ayudaba a 667 familias.

"También tenemos reportes de personas que tienen que elegir entre pagar la renta de su casa o comprar comida", aseveró Arno.

Como comparación, entre 1995 y el 2005, el número de personas que solicitaron comida en Colorado creció sólo el 22 por ciento.

Para que los bancos de comida reciban la cantidad que ahora necesitan, harían falta 200.000 dólares adicionales cada mes, ya que "los bancos de comida no pudieron acumular reservas durante la época de fin de año y ahora ya se están quedando sin reservas, repartiendo cada semana todo lo que reciben", sostuvo Arno.

Por su parte, Kathy White, del Colorado Center on Law and Policy, advirtió que "la inseguridad alimenticia es el primer paso para otros desastres".

"La gente con hambre no puede tener éxito al cuidar sus hijos, al ir a trabajar o al asistir a la escuela, por lo que se vuelven vulnerables a otros problemas, como mala nutrición y enfermedades", explicó.

El estudio Hambre en Nuestros Vecindarios, publicado por la Universidad Estatal de Colorado, define "inseguridad alimenticia" como "la incertidumbre de contar con suficiente comida como para mantener un estilo de vida activo y saludable".

El informe también subraya que los hispanos, especialmente de bajos recursos y padres o madres solos, son quienes más riesgo corren de padecer de "inseguridad alimenticia".

"Eso ya lo sabíamos y por eso desde hace años ayudamos a nuestra gente. Pero ahora tenemos el desafío de proveer de alimentos a personas de otras razas o culturas. Y es un desafío, porque no todos tenemos los mismos gustos alimenticios, ni siquiera en épocas de escasez", declaró el pastor Cabrera.

"Los latinos preferimos frutas y verduras frescas y los anglosajones se llevan productos enlatados. Mientras haya para todos, no hay problema", concluyó.