El tercer rinoceronte por inseminación nacerá en Madrid

Aunque la inseminación 'in vitro' de rinocerontes en cautividad se ha intentado en una docena de ocasiones, sólo el zoológico de Budapest (Hungría), con la supervisión de un equipo de especialistas en técnicas de reproducción de grandes vertebrados del Instituto de Fauna Salvaje y de Zoos de Berlín (IZW, en sus siglas en alemán), lo ha conseguido hasta ahora y además dos veces, en 2007 y 2008.

Los responsables del zoo madrileño son cautos: "La reproducción de este tipo de animales es siempre complicada, y el hecho de que la madre sea primeriza lo hará aún más difícil", ha explicado Jesús Fernández, director técnico del zoo madrileño y uno de los responsables del proyecto. "Si no fuera primeriza seríamos más optimistas, pero la probabilidad de que salga adelante está en un 50 por ciento", considera Fernández. Igual de precavido se muestra el director gerente, Ricardo Esteban, quien ha destacado, no obstante, que será un "hito" para el zoo de Madrid. Los veterinarios recurrieron a la inseminación artificial ante la imposibilidad de que los ejemplares de rinoceronte blanco (dos hembras y un macho) se reprodujeran de forma natural.

La operación se inició hace quince meses, en diciembre de 2007, cuando 'Marina', una rinoceronte blanco de 12 años que llegó al zoológico madrileño procedente de Suráfrica, se quedó preñada por ese sistema con el semen de 'Macho', un viejo ejemplar de 40 (no suelen superar los 50 años de vida).
Coordinada por el mismo equipo de especialistas alemanes, se intentó simultáneamente con una hembra del Zoo Selwo de Estepona (Málaga), pero ésta corrió peor suerte y abortó.

A un mes de que 'Marina' lleve a feliz término la gestación, sólo la panza, cada día más grande, y la ubre que le asoma entre las patas traseras delatan su embarazo. Los rinocerontes suelen parir por la noche y los veterinarios confían en que el parto tenga lugar a esas horas y en su cuadra, de unos 30 metros cuadrados, con suelo de goma y una cámara que recoge todos sus movimientos, aunque no se descarta que lo haga de día en el recinto al aire libre que comparte con 'Macho'.

El rinoceronte blanco ('Ceratotherium simum') es la mayor de las cinco especies de rinocerontes que existen en la actualidad. Puede llegar a medir cinco metros de longitud y a pesar más de 2,5 toneladas. Presenta dos grandes cuernos que les sirven como arma frente a los depredadores y para las exhibiciones de dominación y amenaza con otros rinocerontes. Existen dos subespecies de rinoceronte blanco: el norteño, del que quedan muy pocos ejemplares y está en peligro de extinción; y el meridional, del que hay en libertad 12.500 ejemplares, frente a los 200.000 que había a principios del siglo XX. Ambas viven en África y prefieren las llanuras abiertas a los bosques. La pérdida de hábitat y la caza furtiva son las principales causas de que el rinoceronte blanco sea una especie amenazada.

Un total de 750 ejemplares conforman la cabaña de rinocerontes blancos que permanecen en cautividad en zoológicos de todo el mundo, de los que 26 están en España, según datos del zoo madrileño. Sus cuernos son muy apreciados en Extremo Oriente, donde se emplean para bajar la fiebre en la medicina tradicional. Los rinocerontes blancos son en realidad de color gris. Su nombre se debe a una curiosa equivocación que se remonta al siglo XVII, cuando los primeros colonos holandeses llegaron a Suráfrica y llamaron a este animal 'wijde', que significa en español 'ancho', en referencia a su labio recto y ancho. Los británicos, que se establecieron en Ciudad de El Cabo a partir del año 1806, creyeron erróneamente que lo que los holandeses decían era 'white' ('blanco'), palabra inglesa de pronunciación similar.